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El día que Chacarita usó las camisetas de sus hinchas

Hoy se festeja el Día del hincha de Chacarita por un insólito hecho que es motivo de orgullo: la vez que los jugadores transpiraron casacas que salieron de la tribuna.

TyC
“Mire, mire, qué locura. Mire, mire, qué emoción. Sáquense la camiseta y dénsela a la hinchada que juega mejor”, rezaba una histórica canción de hastío e indignación, que solía escucharse en las canchas argentinas en épocas de fútbol con público. ¡Qué buenos tiempos!


Lo que nunca se cantó, porque no estaba en los planes de nadie, fue una canción que reprodujera la acción a la inversa: o sea, que los hinchas se sacaran las camisetas para dárselas a los jugadores. Y eso, aunque cueste creerlo, pasó en la vida real.

Fue hace 27 años. El 26 de marzo de 1994, Chacarita Juniors recibió a Almagro en San Martín. Se disputaba la fecha 11 del Torneo Clausura de la Primera B Metropolitana, pero al mismo tiempo se ponía en juego la Copa Penalty, un trofeo de carácter amistoso entregado por la marca brasileña que vestía a ambos clubes. Pero inexplicablemente, lo que falló fue la indumentaria.

El día que Chacarita usó las camisetas de sus hinchas

Tanto Chaca como el conjunto de José Ingenieros salieron al terreno de juego con sus camisetas alternativas: blancas, parecidas. No había manera de diferenciarse, salvo por algunos mínimos detalles. Vivos rojos y negros en los locales, vivos azules y negros en los visitantes. Era imposible dilucidar quién era quién a la distancia. Uno de los dos tenía que cambiarse.

Almagro solo había viajado con la suplente, pensando que Chacarita iba a jugar con su tradicional tricolor. Pero el Funebrero venía en racha positiva, ganando con su casaca alternativa, y no tenía en mente romperla ese día. Aunque, claro, se vio obligado a hacerlo.

Después de varios minutos en los que nadie sabía cómo solucionar el problema, el árbitro Gustavo De Genaro les pidió a los locales que consiguiesen rápido otro juego de camisetas, porque sino el partido se iba a suspender e iban a perder los puntos.

Los de Chaca buscaron en la utilería, pero no encontraron nada. Fue así como tuvieron una idea: pedirles camisetas a los hinchas que poblaban las tribunas en aquella calurosa tarde de marzo. Sí, un manotazo de ahogado que terminó siendo brillante.

La voz del estadio pidió la colaboración de los simpatizantes del Funebrero, y así fueron apareciendo diferentes casacas, de distintos talles, modelos, sponsors y números. Y eso era también un problema a solucionar.

El día que Chacarita usó las camisetas de sus hinchas

Volaban las camisetas desde la popu, atravesaban el alambrado y caían en manos de los jugadores, que se probaban las prendas como si estuviesen en un showroom que no aceptaba tarjeta ni devoluciones. Sobraban las casacas con el dorsal 9 del Gatito Leeb, pero escaseaban las de los suplentes. ¿Qué hincha podía tener una con el 14? Era muy difícil, así que agarraban una 4 y le agregaban un 1 con cinta para zafar del apremio.

De esa manera, Chacarita completó el juego de camisetas (muchas en pésimas condiciones y transpiradas de antemano) y salió a la cancha, para ganar finalmente por 3 a 2, adjudicándose la Copa Penalty…que levantó el capitán vistiendo una vieja casaca de la marca Taiyo. Insólito.

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