Di Santo: de discutido a goleador del ciclo Dabove

Franco vive su mejor momento en el Ciclón: dejó de lado las críticas de los hinchas a base de goles y sacrificio. La transformación de un jugador que el DT quería recuperar. Mirá sus números.

Olé

Llegó como la gran apuesta de San Lorenzo de cara a la Copa Diego Armando Maradona. Su largo recorrido por Europa hacía ilusionar a todos los hinchas, pero los inconvenientes para adaptarse al fútbol argentino le terminaron jugando una mala pasada. Los primeros meses fueron difíciles: los bajos rendimientos y la falta de gol lo transformaron en el blanco perfecto para las críticas de la gente que necesitaba descargar su malestar por el flojo andar del equipo de Mariano Soso. Pero ante la adversidad, él salió adelante y cambió los insultos por elogios. Franco Di Santo, el salvador de la noche del miércoles en Chile, sigue demostrando su mejor nivel desde la llegada al país.


“No soy el 9 goleador que hace 100 goles por torneo”, había confesado en diciembre del año pasado, cuando empezaba a ser ver -injustamente- como el causante de todos los males del Ciclón en ese momento. Y si bien los números no colaboraban, el punta remarcaba que “siempre he priorizado el juego grupal que al individual”. ¿Los resultados? Seis partidos jugados en el ciclo de Soso sin poder convertir.

Pese a las críticas, Diego Dabove lo bancó desde el comienzo de su gestión al frente del plantel profesional. El entrenador le avisó a la dirigencia que deseaba contar con él, ya que desde su perspectiva era un jugador a recuperar. Y estaba en lo cierto. La confianza del ex Argentinos Juniors, la buena pretemporada que realizó y su primer gol en el conjunto azulgrana lo llevaron a levantar la moral, un aspecto clave en el puesto que ocupa. Tres goles en apenas cuatro partidos en el inicio de la temporada y todos clave para sumar puntos: en el 2-1 frente a Arsenal, en el empate en el clásico contra Huracán y en el empate milagroso ante la U de Chile para dejar abierta la serie que se definirá el próximo miércoles en el Pedro Bidegain.

El propio Di Santo necesitaba sentirse importante dentro del equipo. El tanto con el Globo dejó en claro esa situación. La locura del festejo y los insultos al aire le sirvieron a modo de desahogo para dejar atrás las malas y que venga un futuro mejor. Así, pasó de ser apuntado a goleador en el ciclo Dabove.

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