Como no sabían que era imposible, remontaron
En un partido dramático, el Barcelona forzó la prórroga en el 93' mediante Piqué tras un penalti parado por Ter Stegen y superó al Sevilla con un gol de Braithwaite
El drama vivido en el Camp Nou tuvo de todo menos público. Un golazo descomunal de Dembélé de inicio, un penalti parado por Ter Stegen en el momento clave, polémica arbitral para dar y tomar, un gol en el descuento de Piqué, una prórroga agónica, un héroe inesperado en la figura de Braithwaite, un Sevilla dando la cara con un jugador menos durante todo el tiempo extra, un Barcelona aguantando el asedio visitante a la desesperada con Piqué visiblemente lesionado, el suspense del VAR y una épica sensacional que premió la fe del Barça y castigó a un Sevilla encogido.
Algunos dirán que sólo es la Copa del Rey, pero no hay que olvidar que en las peores épocas del club -y esta sin duda lo es- la supervivencia del club se basó en noches mágicas y en remontadas en los torneos de ida y vuelta: el Anderlecht y Zuviría, el Ipswich y Artola, el Feyeenord y Rexach, el Goteborg y Pichi o el Atlético de Madrid y Pizzi sonarán como gestas propias de abuelos a muchos barcelonistas acostumbrados a la excelencia, pero son las que mantuvieron al barça en días oscuros. Pues bien, a esta colección de noches para recordar se une otro binomio: Sevilla y Braithwaite.
Una de las normas de oro en el fútbol es esa que dicta que “si algo funciona no lo toques”. Y eso es lo que planteó Koeman, que repitió equipo y dibujo respecto al sábado. No obstante, para poder construir este plan tuvo que romperse una norma que parecía segura: una elongación de sóleo son dos semanas de baja. Lo contrario, es milagro. Y el Barça se encontró con el milagro de la recuperacion de Pedri, que el sábado salió del Sánchez Pizjuán con muletas y que parecía que no regresaría a los terrenos de juego hasta final de mes. La titularidad del canario fue la primera gran escena de una obra apasionante.
Otra de las normas no escritas en el fútbol era la que daba por hecho que una estrella como Griezmann no estaría tres partidos seguidos en el banquillo. Otra vez agua.
Quieren más, pues más. Que Dembélé, un tipo capaz de parar un contragolpe de su equipo porque se está atando las botas marque uno de los goles del año.
Aferrado al tanto de Dembélé, el Barça trató de encontrar la gloria, pero el larguero evitó el tanto de Alba tres minutos antes de que el guionista ofreciera uno de los momentos culminantes de la obra: penalti a favor del Sevilla, que Ter Stegen paró fácilmente ante el reaparecido Ocampos. Cualquiera diria que el partido ya era del Barça, pero los culés lo sufrieron hasta el descuento, con gol de Piqué para forzar la prórroga. El Barça la empezó ya en superioridad tras la expulsión de Fernando y Braithwaite se apuntó al club de Pichi Alonso con un gol que supone una final y que el Barça defendió con Piqué lesionado para cerrar una noche épica.