Angel Romero, una bomba con y sin pelota
El berrinche por el cambio ante un Dabove que le marcó el territorio, otro capítulo de sus reacciones de divo. Si estalla en la cancha, será una fiesta. Si no...
OléAngel Romero logra que se hable de Angel Romero hasta cuando se debería hablar de San Lorenzo. De hecho, el paso que dio el equipo en su ilusión de volver a jugar la fase de grupos de la Libertadores, en el que el talento tuvo una influencia decisiva, otra vez quedó minimizado por una de sus tantas reacciones de divo. Se podrá discutir si Dabove acertó al sustituir a la incuestionable figura del partido, del equipo y del universo azulgrana. Lo que no resiste debate es que su berrinche por el cambio no sólo fue inoportuno: estuvo fuera de lugar. Si el pedido de explicaciones se hubiese dado en el vestuario, habría quedado en la intimidad. Aunque paradójicamente si eso pasara, no sería Angel Romero.
Angel es parte de un equipo: el team Romero. Junto con su hermano Oscar -que para entender su rol el miércoles no fue siquiera uno de los cinco cambios, apenas 172 minutos con el nuevo DT- siempre juegan para ellos. Pero con lo que hacen para el equipo -10 y 8 goles respectivamente, más 9 asistencias de un exquisito Angel que participó del 45% de los gritos cuando estuvo en cancha- les es suficiente para embelesar a esos hinchas que notan el tremendo contraste con el alrededor.
Aunque en su jerarquía futbolística no está la solución sino el problema: Dabove les marcó territorio, impuso condiciones para demostrar que el poder es suyo, priorizó la armonía del vestuario para la construcción de un equipo y bajó a varios del pedestal: Angel, Oscar, el propio Monetti que alguna vez los quiso agarrar del cuello, Pitton, Torito Rodríguez. Ergo: no importan los nombres, importa SL. ¿Acaso el team Romero, que se empecina en que se hable más del Deportivo Angel y Oscar que del Ciclón, podrá entenderlo? Sin Tinellis que bajen línea, los privilegios acotados, dos entrenadores en el placard (Monarriz y Soso) y una desconfianza en las estrellitas siempre latente, Angel -y lo que viene con él- es una bomba. Con y sin la pelota. Si estalla adentro, será una fiesta. Si lo hace afuera, habrá que juntar las esquirlas.