Zidane está al límite: estas son las razones de su enfado
Llevaba tiempo a punto de explotar y lo ha hecho tras volver de la cuarentena por el Covid. Se ve sin respaldo y sin fichajes, el caso Ramos, las críticas a su gestión de los jóvenes...
Las críticas han superado su coraza
El pasado 21 de enero, Zidane ofreció un aperitivo de lo que se venía este viernes. "¿Qué quieres, que dejemos la temporada?". Así de brusco respondió el francés a Ricardo Sierra en la flash interview tras el 1-2 ante el Athletic que echaba al Madrid de la Supercopa en semifinales. El periodista de Vamos le había preguntado, simplemente, si pensaba que esa derrota "iba a pasarle factura al equipo". Una salida de tono que mostró al Zizou más crispado, lejos de sus sonrisas, chascarrillos con el idioma o balones fuera verbales. También se le vio así cuando no esquivó el cuerpo a cuerpo con Javier Tebas en el rifi-rafe del viaje a Pamplona. Zidane cree que los medios van a por él ("Si no me queréis, decidlo", fue su queja hoy) y piensa que el Madrid no le protege mediáticamente.
Zidane se vio solo cuando tuvo que sacar las uñas con Javier Tebas por el polémico viaje a Pamplona durante el Filomena..
No se siente respaldado por el club
El Madrid sólo tiene como portavoz a Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales, una figura más diplomática que ejecutiva. Sin presencia de Florentino Pérez o José Ángel Sánchez ante los micrófonos, a Zidane le pesa dar la cara dos veces por semana, como mínimo, para afrontar muchas veces cuestiones (ese polémico traslado a Pamplona en pleno Filomena, los fichajes...) que cree que no son su parcela de decisión. La entidad viene preparando a la luz de los focos a Raúl como futuro heredero y durante mucho tiempo rondó primero el fantasma de Mourinho sobre la cabeza afeitada del francés y después la posibilidad de Pochettino, entrenador muy bien considerado en la entidad. Ni el hecho de que el argentino acabe de firmar por el PSG ha liberado esa presión.
Falta de fichajes... y empobrecimiento de la plantilla
La plantilla ha ido perdiendo efectivos uno detrás de otro desde la venta de Cristiano y el Madrid no le ha puesto remedio. Fichajes decididos por la entidad y por precios importantes, como Militao (50M€), Odriozola (30M€) e incluso Vinicius (45M€), no encajan del todo en sus planes. Tampoco le agradó que el Madrid tardase tanto en deshacerse (temporalmente) de Bale y que pese a la pandemia no haya habido fichajes en las tres últimas ventanas de mercado, algo que no pasaba desde 1980. No llegaron, pero sí se fueron, como Achraf, Mayoral, Odegaard, Jovic... Zidane entiende la situación económica precaria, pero el resultado es que el plantel blanco depende en exceso de jugadores muy veteranos y muchos de esos jóvenes (Militao, Rodrygo, Odriozola, Valverde...) han sufrido múltiples lesiones. Zizou ha tenido que refugiarse en sus pretorianos.
La 'no renovación' de Ramos
Uno de esos infalibles es Sergio Ramos. El camero y Zizou se conocen desde su etapa como compañeros, un vínculo que se ha reforzado en el cambio de rol del francés a entrenador y que se deja notar ahora en el pulso entre central y club por renovar. Ramos dio la cara como un jabato por Zidane en Estambul, en octubre del año pasado, cuando su entrenador pendía de ser destituido si se perdía contra el Galatasaray. "Con otros entrenadores ha habido otras varas de medir...", aseguró el capitán en referencia a Mourinho: "Zizou se merece un respeto". Zidane se lo ha devuelto mojándose públicamente. Primero dijo de su central que era el mejor de la historia y después se mostró impaciente por el hecho de que no renueve. Ese asunto también le inquieta sobremanera. Esta tensión de relativamente baja intensidad entre Ramos y el Madrid desde hace meses está haciendo mella en el vestuario, ya de por sí incómodo por la rebaja salarial. Incluso ha saltado a las redes sociales con Nacho de por medio. A Zidane le chirría que un capitán con tanto peso ("es nuestro líder", argumenta) como Ramos esté en esta indefinición sobre su futuro y que eso pudiera descentrarle...
Fricciones por Odegaard, Jovic, Brahim...
De un tiempo a esta parte, se ha generado una corriente de opinión sobre cómo gestiona (o mejor dicho, cómo no gestiona) Zidane el crecimiento de las jovencímas perlas que ha fichado el Madrid en los últimos años. Una estrategia de fichar talento por explotar que choca con la veteranía de los titulares indiscutibles (Ramos, Modric, Kroos, Lucas, Benzema...) para Zidane. Críticas a su falta de mano izquierda con los chavales que se alinea con la visión del club, donde hay sectores importantes que no entienden por qué Brahim no rascaba bola en Chamartín y ahora se sale en Milán, o cómo es posible que Jovic regrese a Frankfurt y en media hora vuelva a ser un killer y haga los mismos goles, dos, que en año y medio como madridista. Incluso el peliagudo caso Odegaard, fichaje estratégico de la entidad y joya de la corona de esa nueva manera de fichar. Zidane intentó acomodarlo y al no recibir un rendimiento destado del noruego rápidamente le puso en el vagón de cola. "El Madrid cree que Odegaard tenía razón, habría sido peor quedarse con Zidane", fue la noticia que desveló Antón Meana en El Larguero nada más cerrarse la cesión del nórdico al Arsenal. El Madrid no entiende como Odegaard, por el que 'se pegan' numerosos clubes de Europa, no ha tenido más ayuda por parte de Zidane. Más leña a un incendio que el propio Zidane no puede ocultar. Ni en privado... ni ahora en público.