Un experto revela el lugar con mayor riesgo de contagio
El divulgador científico Luis Quevedo explicó en el programa 'La Sexta Noche' las cotidianidades que exponen más a la gente a la COVID-19.
En el programa ‘La Sexta Noche’ de este fin de semana, el periodista y divulgador científico Luis Quevedo, explicó cuáles son algunas de estas situaciones en las que la transmisión de la COVID-19 es más probable, a pesar de que se puedan estar cumpliendo las medidas de seguridad.
La primera situación se da en la hostelería, ya sea en interior o en terraza. El divulgador avisa de que no tener pruebas de que haya casos en este ambiente, no significa que no los haya. El primer error que se comete es tocar con las manos la carta, pues luego esas manos son las que tocan la comida y posteriormente la boca. Siempre es preferible utilizar el código QR si está disponible en ese establecimiento.
Además, el hecho de poder quitarse la mascarilla para consumir ya implica un aumento del riesgo de contagio. Incluso en la terraza, donde el riesgo es menor, las personas que se sientan en una mesa desprenden partículas al hablar que se van haciendo más pequeñas y se pueden quedar flotando en forma de aerosoles. Por tanto, lo preferible es consumir y volver a ponerse la mascarilla, para así evitar el esparcimiento de partículas, señala Quevedo.
La tercera situación cotidiana de contagio, indica el divulgador, es correr al aire libre sin mascarilla. Esta actividad está permitida por las autoridades, pero Quevedo señala que las personas que corren en grupo tienen riesgo de contagiarse el uno al otro. Además, también es un posible riesgo para otros ciudadanos: “Encontrarnos a alguien jadeando en un semáforo sin mascarilla no está bien”, avisa Quevedo.
Otro momento en el que la exposición al virus puede incrementarse es a la hora de la compra. El divulgador señala que no hace falta desinfectar cada alimento que compramos, como hizo mucha gente durante el confinamiento, pero avisa de que “no hay que pasarse de frenada”. Aunque sea bajo, el contagio por superficie existe, algo que se puede evitar manteniendo una correcta y constante higiene de manos.
Un lugar donde no conviene bajar la guardia es en los ascensores, donde el aire queda concentrado y, en muchos casos, no hay sistemas de filtración y renovado del aire. Ahí conviene ir con cuidado “y con la mascarilla bien apretada”. Asimismo, fumar en la calle, permitido si se respeta la distancia de seguridad, puede suponer un peligro no tanto para las personas que lo hacen, sino para las que se encuentran alrededor. “Si lo hueles, te puede llegar un aerosol” indica Quevedo al que esta práctica le parece “insolidaria”.