Triunfo de fe y de sufrimiento del Atlético

El Atlético lo pasó mal en los últimos minutos ante el Villarreal, que se le hicieron eternos. Pero el líder no encajó y supo aprovechar sus momentos. João Félix fue decisivo esta vez.

F.J.Díaz
As
El Atlético recuperó la senda de los triunfos. Lo hizo ante el Vilarreal en un partido donde el líder tuvo que emplearse a fondo, apretar los dientes y sufrir en unos últimos diez minutos donde el conjunto local le tuvo contra las cuerdas. Pero los del Cholo no encajaron (pese a que el Villarreal tiró 19 veces a portería) y se llevaron tres puntos muy importantes en la lucha por el título. El balón parado le dio una alegría al Atlético en el primer gol y João Félix, que salió tras el descanso, marcó el segundo tanto. Tras un mes de febrero muy malo, los rojiblancos respiran y llegan al derbi rearmados.

Simeone estuvo especialmente activo en el entrenamiento del viernes en las acciones a balón parado. Más de tres cuartos de hora dedicó el técnico argentino a ensayar faltas laterales, frontales, saques de esquina... Una y otra vez. Y corrigiendo cada golpeo de sus futbolistas. El conjunto madrileño ha tenido problemas con el gol en los últimos partidos y la estrategia puede solucionar esas carencias en momentos determinados. Ante el Levante, en el doble enfrentamiento liguero, el Atlético bombardeó la portería rival y marcó un gol. Frente al Villarreal, en el primer tiempo, tuvo dos llegadas e hizo un gol: un disparo de Saúl y el remate de Savic, con gol en propia puerta de Pedraza, el tanto que supuso el 0-1. Lemar, que tiene un guante en su pierna, se la puso a Savic para adelantar al Atlético. Dos llegadas y un gol. Cosas del fútbol.

El Villarreal dominó el primer tiempo, con Chukwueze creando muchos problemas a la zaga rojiblanca. El Atlético empezó con una defensa de cinco, pero a los veinte minutos cambió y Saúl pasó al centro del campo para ayudar a Koke. El conjunto de Emery tocó muy bien la pelota, la mimó y la sacó bien jugada pese a la presión de los hombres de Simeone, quienes no dudaron en apretar a su rival arriba en cuanto pudieron. Pero atrás el conjunto madrileño ofreció pocas fisuras, con Lemar ayudando por la izquierda y Correa por la derecha. Todos intentaron cerrar filas cuando Chukwueze tuvo la pelota e inició sus desbordes. Un Atlético que ha encajado gol en sus últimos ocho partidos se defendió con seriedad, bien posicionado, muy bien colocado. No salió mucho el Atlético al ataque y lo hizo siempre por la banda de Marcos Llorente, quien sigue siendo un quebradero de cabeza para sus rivales. Luis Suárez tuvo una presencia testimonial, pues apenas le llegó balones.

Tampoco pudo participar mucho Gerard, bien controlado por los zagueros rojiblancos. Pudo empatar en una jugada a balón parado, pero entre Oblak y la defensa visitante sacaron el balón cuando ya se colaba.

En el segundo tiempo Simeone quitó a Lemar, con amarilla y con molestias, y saltó al campo João Félix, por lo que el conjunto madrileño volvió a defensa de cinco, con Saúl metido en la izquierda. Lo pasó mal el rojiblanco, puesto que Chukwueze siguió muy activo, ganando por velocidad a los defensores del líder. Un quebradero de cabeza. Pero estaba casi solo contra un Atleti especialmente concentrado atrás. El equipo de Simeone sabe que si recupera su nivel defensivo, ganará muchos partidos. Tuvo unos buenos minutos el Atlético, con una gran ocasión de Luis Suárez, gracias a la presión de Correa, y paradón de Asenjo. El Villarreal encerró en su área a su rival, pero no llegó a inquietarle de verdad. Sus mejores intentos fueron a balón parado, en lanzamientos desde la esquina. Pero Savic, Felipe y Hermoso no dieron opción a Gerard. Cuando peor lo estaba pasando el Atlético llegó el 0-2, un buen gol de João Félix, a quien Pau Torres le hizo un regalo. Y el portugués no lo desaprovechó. Su remate pegado al palo le puso la puntilla a un encuentro en el que el Atlético sacó su casta, su personalidad.

João Félix hizo un gesto tras su gol como queriendo reivindicar algo. Tras el 0-2 el Villarreal ya no tuvo más opción que irse más arriba, con Bacca y Gerard atentos a las dejadas de Chukwueze. El último intento del Villarreal fue de Baena, cuyo tiro se marchó rozando el palo. Y a renglón seguido Oblak sacó una mano milagrosa cuando el balón se colaba. El Atlético tuvo que sufrir y padecer en unos minutos que se le hicieron muy largos al conjunto madrileño. Pero celebraron a lo grande un triunfo que moralmente es muy importante.

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