Osaka, la dueña de Australia

La japonesa de 23 años venció a la estadounidense Jennifer Brady por 6-4 y 6-3 y se quedó con el primer Grand Slam del año. Es la segunda vez que se consagra en Melbourne y su cuarto Major.

Olé

Hace rato dejó de ser sorpresa y se convirtió en realidad. Hoy, quiere dominar el circuito y hacer historia. Naomi Osaka, con sus jóvenes 23 años a cuestas, venció con comodidad a Jennifer Brady por 6-4 y 6-3 y se quedó con el título del Abierto de Australia por segunda vez en su corta pero exitosa carrera.


La capacidad física, además de su técnica, de la número tres del mundo no tuvo rival en el Rod Laver. Ni en la final ni durante el torneo entero, en el que la japonesa apenas cedió un set en todo el certamen ante Garbiñe Muguruza, con quien tuvo que trabajar y salvó dos match points.

En el duelo decisivo arrasó. En apenas una hora y 17 minutos barrió de la cancha a la 24° del escalafón mundial y sentenció la historia. El primer set fue bastante más trabado y luchado, pero luego de un par de breaks y a favor y en contra, Osaka sacó la diferencia necesaria para ponerse en ventaja.

El segundo fue, sin dudas, un monólogo. La asiática se puso rápido 4-0 arriba y más allá de un amague de reacción de la estadounidense, que quebró en una ocasión, el partido estaba encaminado. Fue 6-4 y 6-3 para la japonesa, que en semifinales había superado sin problemas a Serena Williams.

Osaka conquistó su segundo título en Australia, tras el de 2019, y su cuarto Grand Slam, después de conseguir también un doblete en Flushing Meadows, con los US Open de 2018 y 2020. En total cuatro finales de Majors jugadas y las cuatro ganadas, y siete títulos WTA. Incluso, cada vez que llegó a los cuartos de final de un torneo grande, fue campeona.


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