Los números de Cardona: ¿por qué es siempre discutido?
Las estadísticas marcan que Edwin es hoy el mejor jugador de Boca: en los últimos diez partidos a nivel local, tiene cinco asistencias y marcó cinco goles. Pero siempre está en la mesa del debate. ¿Qué le falta?
Olé¿Por qué Cardona siempre siempre se sienta en la mesa del debate? ¿Por qué invita a la polémica su ausencia en partidos trascendentes? ¿Por qué genera tantas dudas en sus entrenadores? ¿Qué es? ¿Esa mezcla de indudable talento con su indiscutible inestabilidad? ¿Hay alguna razón de discplina táctica? ¿O es su forma física, a pesar de que en el último tiempo su peso ya no está en la balanza de la discusión, justamente?
Por lo pronto, Cardona, Edwin Cardona, asoma hoy como el mejor jugador del Boca de Russo. Ahora sí con más continuidad como titular (lleva cuatro partidos al hilo en esa condición), sus números parecen estar lejos de cualquier controversia. Sobre todo, los más influyentes: dos centros precisos para convertir a Izquierdoz en el goleador del equipo y un golazo de tiro libre para salvar la derrota en el debut de este campeonato.
Pero esas estadísticas que siempre van de la mano con su rendimiento, se agrandan con el abanico de partidos: si se toman en cuenta los últimos diez a nivel local, son cinco asistencias y cinco goles (dos a Newell’s, uno a Independiente, uno a Banfield y uno a Gimnasia). Es decir, Edwin participó en el 62,5% de los gritos xeneizes, por lo que hoy se presenta decisivo en todas sus formas, más en un equipo que en este último tiempo ha perdido luces y no pude dejar sus sombras.
Ahora bien, hay una sensación instalada de que cuando Cardona juega mal, juega mal. Y que cuando juega bien, marca diferencia. Que ahí, en ese ir y venir de un extremo a otro, en esa falta de regularidad, está una de sus carencias. Si no está lúcido, inspirado, iluminado, resta. Y resta fuerte, ya que no es un jugador que colabore en defensa o que aporte en otro aspecto (el espiritual, por caso).
Pero además, su mayor déficit está en la falta de intensidad y de constancia para tener incidencia en el juego durante los 90 minutos. Y ahí empieza la causa de por qué sus técnicos prescinden a veces de su aporte. O lo sacan (en Boca, en sus dos ciclos, sólo completó 28 partidos de 68, el 41%).
Sin embargo, en este último tiempo, el colombiano le ha sumado un extra, que siempre tuvo, pero que potenció: la pelota parada. De ese modo, Boca hizo todos los goles de esta liga. A saber:
1) Corner a la cabeza del Cali contra el Lobo (aunque es cierto que el central debió tirar una palomita, la pelota le cayó justa).
2) Tiro libre con pie de mago en ese mismo partido en la Bombonera, cuando el equipo no encontraba respuestas futbolísticas para empatarle a Gimnasia.
3) Tiro libre preciso, ahora sí, dirigido, otra vez para Izquierdoz ante Newell’s, cuando los de Miguel eran superiores en el juego, pero no lograban la profundidad para lastimar.
Por eso, también, es que Cardona se convirtió en un jugador de los imprescindibles. Y más, para este momento del Xeneize, que todavía no puede recuperar su marcha de campeón.
Habrá que seguir preguntándose, con estos números, por qué Cardona no jugó ni un minuto contra Santos en Brasil, en uno de los partidos más importantes del ciclo (fue al banco y no entró). Pero hoy Russo parece convencido de darle un lugar preponderante en un equipo que necesita más volumen de juego, algo que el colombiano a veces ofrece en cuentagotas, pero que al menos da como ningún otro. Y en este andar del bicampeón, que últimamente se impone más por lo individual que por lo colectivo, Edwin es hoy de esos futbolistas capaces de torcer un partido.
Ahora, de hecho, Miguel buscó sumarle un ayudante con la presencia del pibe Medina, de buen cambio de ritmo. La idea es que, con ellos, Boca pueda generar sociedades a través del pase.
A eso hay que agregarle que de todos las incorporaciones de la gestión Riquelme, Cardona se convirtió en uno de los pocos refuerzos verdaderos del equipo. Hoy, acaso junto con Zambrano, aunque el defensor todavía no alcanzó el nivel por el cual Ricardo Gareca, su DT en la selección peruana, se lo recomendó al Consejo. Edwin, en cambio, ha logrado volver a su seleccionado por su nivel en el Xeneize y al menos en este tiempo le ha dado al Boca de Russo pequeñas grandes soluciones. Y la esperanza de un futuro mejor.