Los Cavs se cansan de Drummond: Dallas, Brooklyn, Toronto...

 Según ha informado el periodista Shams Charania (The Athletic), el pívot ha sido apartado del equipo y varias franquicias preguntan por él.

Albert Sancho
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El mercado de la NBA empieza a entrar en su recta final. En un año de nuevas fechas para todo el mundo, el 25 de marzo está fuertemente subrayado en el calendario de cualquier general manager. Esa es la barrera, el día en que quedarán definidas las plantillas, en gran medida, para afrontar el tramo decisivo de la campaña. Hasta entonces, los grandes aspirantes al anillo tendrán tiempo para buscar las piezas finales de sus engranajes y los que no hayan tenido tanta suerte, o tan buen hacer deportivo, mirarán hacia el futuro, intentando sacar partido de los primeros y de sus impredecibles negociaciones. Porque ya se sabe: la NBA, y especialmente su mercado, es muy difícil de preludiar. Muestra de ello ha sido el megatraspaso de James Harden. Un terremoto que subió en la escala de richter a velocidad desmesurada y que involucró a cuatro franquicias: más allá de los propios Rockets y Nets, Indiana Pacers y Cleveland Cavaliers también metieron mano. Uno de esos movimientos que solamente se pueden concebir en la liga estadounidense. Con tal envergadura, y como no podía ser de otra manera, aún colea.

Recientemente, el propio Harden declaró que había hecho "lo que tenía que hacer". Implicaciones directas. Ahora, también llegan los efectos colaterales. El último en padecerlos, Andre Drummond. Desde Brooklyn, Cleveland recibió a Taurean Prince y Jarrett Allen. Dos jugadores que, por perfil y edad, podían encajar en el proyecto de J. B. Bickerstaff. La temporada en el antiguo imperio de LeBron no está siendo la mejor. Después de un inicio ilusionante, con el aire fresco de Collin Sexton y Darius Garland, los Cavaliers son decimoterceros en el Este y acumulan una racha de siete derrotas consecutivas. Resultados pésimos, pero con protagonismo de Prince y Allen sobre la pista. El primero acumula 24,9 minutos por partido, con 9,2 puntos y 4,3 rebotes; el segundo, 25,7 para 13,2 y 7,5, respectivamente. Y en este último, sobre todo, se encuentra la raíz de la cuestión. 

En Cleveland, Jarrett Allen es visto como el pívot de referencia para la franquicia: con presente, pero también con mucho futuro (tiene 22 años). Es un defensor codiciado en la liga (en Brooklyn le echan de menos) y quieren que sea la torre que alumbre a los Sexton, Garland u Okoro durante los próximos años. La situación, al parecer, habría molestado a Drummond. El pívot de 27 años, dos veces All Star, ya no participó en el último partido del equipo, frente a Los Ángeles Clippers la pasada madrugada. De hecho, llegó al encuentro, sin intención de jugar, con la palabra "adiós" serigrafiada en la parte delantera de su sudadera. La franquicia, oficialmente, lo justifica como descanso debido a la acumulación de partidos; pero, según ha publicado Shams Charania en The Athletic, y ha confirmado Adrian Wojnarowski en la ESPN, varias fuentes indican que tampoco se espera que el jugador dispute el próximo choque, frente a los Warrios. Según la misma publicación, a causa de su "actitud y juego" y con un traspaso en el horizonte.  

En el presente curso, Drummond promedia 17,5 puntos, 13,5 rebotes, 1,6 robos y 1,2 tapones. Un superproductor que, muchas veces, ha sido criticado por lo vacías que pueden llegar a ser sus estadísticas. En los dos últimos partidos disputados, su rendimiento ya había dejado pistas sobre la situación. Frente a Denver y Portland, promedió solamente 16 minutos en pista, 6 puntos y 5,5 rebotes. Muy alejado de sus estándares. A día de hoy, según el propio Charania, Toronto Raptors es la franquicia más interesada en hacerse con los servicios del jugador. Tras ella, Dallas Mavericks o Brooklyn Nets, que terminarían haciendo el pieza por pieza con Jarrett Allen. Independientemente del destino, la franquicia que lo acoja deberá hacerse cargo de un contrato de 28,7 millones de dólares que expira este mismo año. El agente del jugador, Jeff Schwartz, en conversaciones con la ESPN, ha asegurado lo siguiente: "Andre tiene 27 años, está en su mejor momento y creo firmemente que tiene mucho que aportar en un equipo hacia una carrera de postemporada". En cualquiera de los equipos que suenan, podrían verse satisfechos los deseos que se infieren.

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