Los caminantes blancos de Bielefeld asaltan el Allianz
El campeón del mundo empató un partido que perdía 1-3. Los bávaros aventajan en cinco puntos al RB Leipzig. El partido estuvo marcado por la descomunal nevada que cayó en la primera parte.
El mayor aliado del Bielefeld empezó a caer del cielo muniqués a los pocos minutos de partido. Una descomunal nevada tiñó de blanco el césped del Allianz Arena y favoreció, claramente, a un recién ascendido que se aprovechó de la pista de patinaje sobre hielo bávara. Mientras la segundo escuadra de Flick (jugaron Choupo-Moting y Sarr) comenzó a tener problemas en la circulación de balón, los de Neuhaus se adaptaron mejor a las condiciones meteorológicas y noquearon a un Bayern que sigue dejando mucho que desear en defensa. Y en Alemania son muy conscientes de ello.
Vlap y Pieper castigaron dos desajustes tremendos en la zaga local y se marcharon a vestuarios con un sorprendente 0-2 a favor. Ni siquiera Flick se lo creía. Pero lo peor, aún, estaba por venir. Fue en la segunda mitad, momento en el que el césped fue recuperando, poco a poco, su color natural. Todo lo contrario la zaga del Bayern. Una obra de arte de Lewandowski había servido para volver a meter en el partido al Bayern cuando una contra conducida por Voglsammer y la impecable definición de Gebauer volvieron a dejar en pañales a la defensa.
Flick solo tuvo que echar un vistazo al banquillo para saber cuál era la solución. Dio entrada a su director de orquesta y Kimmich no tardó en poner orden al caos. A pesar de haber encajado hasta tres goles en casa (no ocurría desde marzo de 2019, en aquel entonces ante el Liverpool) el campeón de la Champions tiró de autoridad, comenzó a encontrar fluidez y mostró de lo que sigue siendo capaz. Tolisso y Davies pusieron las tablas en doce minutos de rebeldía, los suyos fueron a por el cuarto, pero tuvieron suerte de que el VAR anulara el cuarto a Córdova por fuera de juego. Fueron milímetros los que salvaron al Bayern ante un nuevo fracaso.