Los caminantes blancos de Bielefeld asaltan el Allianz

El campeón del mundo empató un partido que perdía 1-3. Los bávaros aventajan en cinco puntos al RB Leipzig. El partido estuvo marcado por la descomunal nevada que cayó en la primera parte.

José Carlos Menzel
As
Sobrevivió el Bayern a los caminantes blancos de Bielefeld, pero lo hizo muy herido. Rozó el milagro el decimosexto clasificado de la Bundesliga en un Allianz Arena cubierto de nieve y estuvo a punto de llevarse tres puntos que hubieran significado el segundo revés para el flamante campeón del sextete después de la reciente eliminación en la Pokal de mano de un segunda división como es el Kiel. Finalmente, el valiente Arminia logró un empate a tres que, eso sí, devuelve la emoción a la pugna por la ensaladera. La diferencia del Bayern con respecto al Leipzig se queda en cinco puntos. Hay Bundesliga.

El mayor aliado del Bielefeld empezó a caer del cielo muniqués a los pocos minutos de partido. Una descomunal nevada tiñó de blanco el césped del Allianz Arena y favoreció, claramente, a un recién ascendido que se aprovechó de la pista de patinaje sobre hielo bávara. Mientras la segundo escuadra de Flick (jugaron Choupo-Moting y Sarr) comenzó a tener problemas en la circulación de balón, los de Neuhaus se adaptaron mejor a las condiciones meteorológicas y noquearon a un Bayern que sigue dejando mucho que desear en defensa. Y en Alemania son muy conscientes de ello.

Vlap y Pieper castigaron dos desajustes tremendos en la zaga local y se marcharon a vestuarios con un sorprendente 0-2 a favor. Ni siquiera Flick se lo creía. Pero lo peor, aún, estaba por venir. Fue en la segunda mitad, momento en el que el césped fue recuperando, poco a poco, su color natural. Todo lo contrario la zaga del Bayern. Una obra de arte de Lewandowski había servido para volver a meter en el partido al Bayern cuando una contra conducida por Voglsammer y la impecable definición de Gebauer volvieron a dejar en pañales a la defensa.

Flick solo tuvo que echar un vistazo al banquillo para saber cuál era la solución. Dio entrada a su director de orquesta y Kimmich no tardó en poner orden al caos. A pesar de haber encajado hasta tres goles en casa (no ocurría desde marzo de 2019, en aquel entonces ante el Liverpool) el campeón de la Champions tiró de autoridad, comenzó a encontrar fluidez y mostró de lo que sigue siendo capaz. Tolisso y Davies pusieron las tablas en doce minutos de rebeldía, los suyos fueron a por el cuarto, pero tuvieron suerte de que el VAR anulara el cuarto a Córdova por fuera de juego. Fueron milímetros los que salvaron al Bayern ante un nuevo fracaso.

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