La sociedad Booker-Paul es demasiado para los Sixers

Entre el escolta y el base se combinaron para 54 puntos, 14 asistencias y 13 rebotes. En los Sixers Embiid se quedó solo ante el peligro.

Fernando Faucha
As
Segunda derrota consecutiva de Philadelphia 76ers en su gira de cuatro partidos por el Oeste. Perdió hace dos días en Portland y hoy lo ha hecho en Phoenix, ante unos Suns que después del pequeño bache por el que pasaron hace unas semanas se han recuperado y vuelven a ser el equipo serio y brillante que todos esperábamos. La buena noticia para los de Arizona es que aparte de todo lo bueno que habían hecho hasta ahora, parece que la sociedad entre Chris Paul y Devin Booker empieza a funcionar. Las dos estrellas del equipo ya estban riendiendo a buen nivel cada uno por su lado, pero en los últimos partidos cada vez se nota una complicidad mayor y un entendimiento del juego del otro que no hace más que multiplicar el poderío de un equipo que va a ser un hueso muy duro de roer para los gallitos del Oeste... si es que no se acaba convirtiendo en uno de ellos.

Empezaron los visitantes el partido más enchufados, con Joel Embiid castigando desde el principio con tiros de media distancia que tan efectivos están resultándole este año. Gracias a eso y a la famosa defensa del equipo de Filadelfia, sumado a algunas transiciones por aquí y por allá, mantenían a ralla a su rival en el primer cuarto. Pero los Suns comenzaron a llevar el partido a su terreno en el segundo parcial, ya con Paul liberándose de la presión de los defensas y haciendo lo que ha hecho toda su vida: mover a las mil maravillas un equipo de baloncesto. A sus 35 años parece igual de clarividente que siempre y el físico, de momento, no le abandona. Se habla mucho de LeBron en este sentido y el Rey está claro que es un animal inimitable, pero Paul está llevando su madurez mejor que bien. Esta noche se quedó cerca del triple doble (18+8+10), metiendo varios de esos 18 puntos en momentos de inflexión del encuentro.

Por ejemplo a mitad del tercer cuarto, cuando los locales rompieron el partido para sempre. Los Sixers lo intentaron más con ganas que con cabeza, y en los minutos finales, cuando ya iban a la desesperada intentando remontar, ni siquiera Embiid estuvo fiable. El camerunés amasó 35 puntos con nunos porcentajes excelentes, pero falló varios lanzamientos de dos en los últimos minutos. Pero no sería justo cargar las culpas sobre el pívot, que fue muy de lejos el mejor de su equipo. Porque Tobias Harris y Ben Simmons (ambos acabaron con 18 tantos) se mostraron bastante apáticos y desconectados en varios tramos. Simmons, que en Portland fue capaz de reducir al mínimo la efectividad de Lillard, aquí no tuvo el día ante Paul y Booker. E incluso acabó en una especie de pique con Deandre Ayton después de hacerle una falta bastante contundente al intentar superar un bloque del pívot.

Ya hemos hablado de unos cuantos jugadores, pero falta la crema del partido. Devin Booker estuvo sensacional, en uno de esos días (ya la mayoría de ellos) en los que recuerda a los mejores anotadores de siempre. 36 puntos firmó el escolta, que no bajó del 60% en tiros de campo... ¡ni en triples! Fue sumando poco a poco y explotó en la segunda mitad, en el momento en que su equipo se escapó y cuando los Sxers trataban de acercarse de nuevo. Su acierto fue un muro insalvable para un rival que esta vez no tuvo cómo responder. Los Suns, a la espera del resto de resultados, se mantienen firmes en la cuarta posición del Oeste y ya no tan lejos de los tres primeros.

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