La segunda ola lleva a Perú a rebasar los 100.000 fallecidos en pandemia
La segunda ola de la Covid-19 ha hecho que Perú supere la barrera de los 100.000 fallecidos en esta pandemia, un gran volumen de muertes que son el excedente que reflejan los registros de defunciones respecto a los años previos a la emergencia sanitaria.
Desde marzo de 2020, cuando se detectó en el primer caso de Covid-19 en Perú, han muerto más de 105.000 personas por encima de las cifras habituales de defunciones en el país de los últimos años, según los datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef) del Ministerio de Salud.
En los últimos once meses fallecieron en Perú por cualquier causa 211.920 personas, prácticamente el doble de los 106.499 decesos registrados en los mismos once meses previos.
De esa diferencia de más de 105.000 defunciones, apenas 41.181 están confirmadas por Covid-19 por parte del mismo Ministerio de Salud, que solo incluye en sus registros aquellos casos sintomáticos que tienen alguna prueba positiva que acredita la infección por coronavirus.
Muertes por esclarecer
Si se cuentan las muertes con sospecha de contagio por covid-19 pero sin prueba que demuestre la infección, la última estimación lanzada por el Centro Nacional de Epidemiología es de más de 53.000 muertes.
Sin embargo, las muertes restantes, que son un número similar, no tienen de momento indicios en sus actas de defunciones que permitan a las autoridades sanitarias peruanas atribuirlas directamente con el coronavirus.
"Hemos pedido a Minsa hacer un nuevo esfuerzo para sincerar las cifras", señaló el pasado domingo la primera ministra, Violeta Bermúdez, en declaraciones al canal Latina.
"Queremos que población sepa claramente cuántas personas habrían fallecido potencialmente por esta enfermedad. No todas llegan a un hospital, hay muchos que han fallecido en su domicilio y no se les hizo la prueba", admitió la jefa del Consejo de Ministros del presidente interino, Francisco Sagasti.
Muertes vuelven a dispararse
Desde mediados de diciembre Perú enfrenta la segunda ola de la pandemia, que en pocas semanas ha vuelto a colapsar su endeble sistema de salud, y con los hospitales desbordados se ha vuelto a disparar el número de fallecidos.
Solo en enero han muerto más de 21.000 personas por cualquier causa, según los registros del Sinadef, el doble de las cifras de defunciones que se solían registrar mensualmente en Perú en los dos años previos a la pandemia.
La cifra está cercana al récord registrad en el peor momento de la pandemia, vivido en el país entre mayo y agosto del año pasado, cuando murieron un promedio mensual de 28.000 personas.
Solo en la capital Lima, que con casi 10 millones de personas concentra el 30 por ciento de la población nacional y es donde la segunda ola ha comenzado a impactar más fuerte, murieron en el primer mes del 2021 cerca de 9.000 personas, un número que antes de la pandemia representaba los fallecimientos de todo el país.
Esto es aproximadamente el triple del número de decesos que se solía registrar en Lima en un mes y también se acerca a los récords que la mayor ciudad de Perú marcó entre mayo y agosto de 2020, cuando en promedio mensual fallecían unas 12.000 personas.
Nuevo confinamiento más laxo
Esta situación ha obligado al Gobierno a decretar un nuevo confinamiento en nueve de las veinticinco regiones del país que comenzó el domingo y que se prolongará hasta por lo menos el 14 de febrero, aunque con condiciones más laxas que la cuarentena nacional de tres meses y medio practicada el año pasado.
Desde finales de diciembre hay constancia de que al menos en Lima circula la variante británica del coronavirus, que según varios análisis puede ser hasta un 70 por ciento más contagiosa, y también existe la sospecha de que en la región amazónica de Loreto, colindante con Brasil, ya está presente también la variante de Manaos (Brasil).
Esto puede explicar el desenfrenado aumento de contagios vivido desde mediados de diciembre y la mayor afectación en población joven y de mediana edad, a diferencia de la primera ola, donde las muertes por Covid-19 se concentraban en su gran mayoría en personas de la tercera edad, mayores de 65 años.
De momento Perú está a la espera recibir la próxima semana el primero de los 38 millones de vacunas contra la Covid-19 que se ha comprometido a adquirir al laboratorio chino Sinopharm y que servirán para inmunizar a personal sanitario mientras llegan en los siguientes meses más lotes de vacunas de Pfizer y AstraZeneca.
En los últimos once meses fallecieron en Perú por cualquier causa 211.920 personas, prácticamente el doble de los 106.499 decesos registrados en los mismos once meses previos.
De esa diferencia de más de 105.000 defunciones, apenas 41.181 están confirmadas por Covid-19 por parte del mismo Ministerio de Salud, que solo incluye en sus registros aquellos casos sintomáticos que tienen alguna prueba positiva que acredita la infección por coronavirus.
Muertes por esclarecer
Si se cuentan las muertes con sospecha de contagio por covid-19 pero sin prueba que demuestre la infección, la última estimación lanzada por el Centro Nacional de Epidemiología es de más de 53.000 muertes.
Sin embargo, las muertes restantes, que son un número similar, no tienen de momento indicios en sus actas de defunciones que permitan a las autoridades sanitarias peruanas atribuirlas directamente con el coronavirus.
"Hemos pedido a Minsa hacer un nuevo esfuerzo para sincerar las cifras", señaló el pasado domingo la primera ministra, Violeta Bermúdez, en declaraciones al canal Latina.
"Queremos que población sepa claramente cuántas personas habrían fallecido potencialmente por esta enfermedad. No todas llegan a un hospital, hay muchos que han fallecido en su domicilio y no se les hizo la prueba", admitió la jefa del Consejo de Ministros del presidente interino, Francisco Sagasti.
Muertes vuelven a dispararse
Desde mediados de diciembre Perú enfrenta la segunda ola de la pandemia, que en pocas semanas ha vuelto a colapsar su endeble sistema de salud, y con los hospitales desbordados se ha vuelto a disparar el número de fallecidos.
Solo en enero han muerto más de 21.000 personas por cualquier causa, según los registros del Sinadef, el doble de las cifras de defunciones que se solían registrar mensualmente en Perú en los dos años previos a la pandemia.
La cifra está cercana al récord registrad en el peor momento de la pandemia, vivido en el país entre mayo y agosto del año pasado, cuando murieron un promedio mensual de 28.000 personas.
Solo en la capital Lima, que con casi 10 millones de personas concentra el 30 por ciento de la población nacional y es donde la segunda ola ha comenzado a impactar más fuerte, murieron en el primer mes del 2021 cerca de 9.000 personas, un número que antes de la pandemia representaba los fallecimientos de todo el país.
Esto es aproximadamente el triple del número de decesos que se solía registrar en Lima en un mes y también se acerca a los récords que la mayor ciudad de Perú marcó entre mayo y agosto de 2020, cuando en promedio mensual fallecían unas 12.000 personas.
Nuevo confinamiento más laxo
Esta situación ha obligado al Gobierno a decretar un nuevo confinamiento en nueve de las veinticinco regiones del país que comenzó el domingo y que se prolongará hasta por lo menos el 14 de febrero, aunque con condiciones más laxas que la cuarentena nacional de tres meses y medio practicada el año pasado.
Desde finales de diciembre hay constancia de que al menos en Lima circula la variante británica del coronavirus, que según varios análisis puede ser hasta un 70 por ciento más contagiosa, y también existe la sospecha de que en la región amazónica de Loreto, colindante con Brasil, ya está presente también la variante de Manaos (Brasil).
Esto puede explicar el desenfrenado aumento de contagios vivido desde mediados de diciembre y la mayor afectación en población joven y de mediana edad, a diferencia de la primera ola, donde las muertes por Covid-19 se concentraban en su gran mayoría en personas de la tercera edad, mayores de 65 años.
De momento Perú está a la espera recibir la próxima semana el primero de los 38 millones de vacunas contra la Covid-19 que se ha comprometido a adquirir al laboratorio chino Sinopharm y que servirán para inmunizar a personal sanitario mientras llegan en los siguientes meses más lotes de vacunas de Pfizer y AstraZeneca.