La promesa de Cavani a Riquelme
Juan Román piensa en Edinson como el nueve top para la Libertadores y en junio se abre una puerta grande: el uruguayo puede salir libre del United y hubo una charla entre ambos que reabre la ilusión en Boca.
Olé"Yo revelé que hablé con Román. Hay unos secretos ahí que no puedo decir. Preguntáselo a él, jaja. Lo hablamos para un futuro”. Fue en octubre del año pasado, cuando apenas había firmado para el United, que Edinson Cavani lo reconoció todo. El contacto con Riquelme, su viejo y firme deseo de jugar en Boca y esos “secretos” que por entonces no contó. ¿De qué se trataban? De una promesa, casi como la que Marcos Rojo entabló con JR, de que ponerse la azul y oro sería su gran prioridad al momento de retornar a Sudamérica. Y eso que parecía lejano, ya no lo es tanto. Por varias razones.
La vinculación con Rojo no es antojadiza. El defensor, justamente, se vino del United a Boca. Y allí, en el tiempo que compartió con el uruguayo en Manchester hicieron una muy buena relación. “Olvidate que ahí hay otra ficha asegurada. Así como le dijo a Paredes que lo esperaba en Boca, Marcos va a rosquear para que venga Cavani”, cuenta un amigo del central que vive en La Plata. El flamante refuerzo xeneize, de hecho, saludó a Cavani vía redes, en su cumpleaños 34, el pasado domingo.
Pero la llave es Riquelme. La charla que tuvieron en plena pandemia fue el inicio de un contacto que se mantuvo en el tiempo. Sí, tal como pasó con Rojo. Al delantero uruguayo, máximo goleador de la historia del ahora famoso PSG, le cayó muy bien el gesto de Riquelme. “A cualquier jugador le encantaría jugar en Boca. Hay uruguayos que pasaron por ahí que vibraron. Siguiendo esa historia, despierta curiosidad vestir esa camiseta. Pero tuvimos una charla tranquila. Le pido disculpas a Román si lo dije y él todavía no”, contó. Es decir, él mismo se entusiasmó y dejó la puerta abierta.
Pero es sólo una parte de la historia. Ahora, lo que los acerca es el tiempo. Cavani es el 9 que Román quiere para que Boca pueda ganar la Copa, el que le daría el salto de calidad que hasta ahora pudo conseguir, el hombre de jerarquía de los tantos que buscó para ese puesto que hoy más cerca tiene del sí. Principalmente, porque en junio, el Matador tiene la chance de irse del United, de pegar la vuelta y así, cumplir su promesa.
Con el United firmó por una temporada con opción a otra más, hasta junio del 2022, por lo cual, la puerta está más abierta que nunca: para venir a mitad de año, el charrúa no necesitaría más que decir “goodbye”, ya que la cláusula de renovación no es automática.
El United, es cierto, hace rato que expresó su deseo de estirar el vínculo con Cavani hasta el 2023. “A Edinson le quedan algunos años, así que no diría nada más”, soltó Solskjaer, el DT del equipo, el mismo que liberó a Marcos Rojo, al referirse a esa intención de retener al uruguayo. Pero la realidad está en la cabeza del goleador. Y fue parte de lo que le transmitió a Riquelme en esos “secretos” no contados: que si las cosas no iban bien en este nuevo desafío, que si no se adaptaba de la mejor manera a una ciudad muy opuesta a París, su idea era pegar la vuelta. Y por ahora, Manchester no le resultó tentador: ni en el futbolístico ni en la cotidiano.
Por eso, todo eso también va a jugar fuerte estos meses que a Cavani le quedan en el United. “Si bien está jugando, él es muy familiero, es de extrañar mucho. Le gusta estar en Salto, en el campo, con los caballos. Y venir a Boca le daría esa posibilidad: seguir siendo competitivo,pero a cinco horas de su casa”, cuenta alguien que lo conoce bien. Por ahora, Europa le da la chance de estar cerca de los dos hijos que tiene de su primer matrimonio, que viven en Nápoles (ahora vive con su pareja y su pequeña hija India).
Pero esa idea de volver también tiene razones futbolísticas. Una es sentimental. “Edi está pintado para Boca. Y a él le encantaría. Se quisiera colgar como lo hizo el Manteca. Sueña con eso”, ratifican en su entorno. “Veremos si meto alambrado. Sería muy lindo. Soy una persona a la cual le gusta demostrarle al hincha y festejar los goles así”, contó el propio Cavani.
La otra, es deportiva: la Copa. La obsesión de Boca. “Jugó tres Mundiales, ganó una Copa América, varios títulos en Europa, pero Edison nunca tuvo esa Libertadores que todos los sudamericanos quieren en sus manos”, dicen sus íntimos.
Román lo va a esperar hasta junio. Piensa en el uruguayo como el gran pleno de su gestión, como esa estrella top, vigente, con hambre y con ADN xeneize, que puede llegar para cambiarlo todo. Y para darle Boca la Séptima. Si en plena pandemia se ilusionó con tenerlo y no fue una locura (hasta el propio jugador lo admitió), hoy esa posibilidad tiene muchos más fundamentos. Si Cavani se Copa...