La Atalanta se rearma ante el Madrid: ficha a Kovalenko
Tras el adiós de Gómez, la Dea hizo oficial hoy la llegada de Viktor Kovalenko. El conjunto de Gasperini funciona también sin el argentino.
Si el equipo de Gasperini decidió renunciar a Gómez, el jugador más determinante de sus maravillosos últimos años, fue porque se dio cuenta de que su proyecto podía funcionar sin él. Es más: alinear al argentino se estaba convirtiendo en un problema, dentro y fuera del campo. Los 59 goles y 71 asistencias en 252 partidos del Papu no pesaron en las decisiones de Gasperini, que apostó por sacrificarle en busca de más equilibrio. "Necesitaba otro tipo de equipo", afirmó el entrenador, "estábamos sufriendo y él no se adaptaba".
Una ruptura que del césped se mudó a los vestuarios y a una relación ya irrecuperable, que llevó al traspaso al Sevilla. Sin el capitán, sin embargo, la Atalanta ha vuelto a encontrar su camino, recuperando solidez sin perder calidad. Ayer la Lazio interrumpió una racha de 14 partidos sin derrotas en todas las competiciones, con nueve victorias y cinco empates. El hombre clave de esta nueva fase fue Pessina, sustituto del Papu y jugador completamente distinto. El italiano ayudó a la fase defensiva con rigor táctico y gran intensidad, justo lo que quería su entrenador, y los resultados llegaron. La Dea, que en este curso batió al Liverpool, está en lucha por volver a clasificarse a la Champions y logró el pase a las semifinales de Copa italiana (jugará el próximo miércoles con el Nápoles), mantuvo intactas sus virtudes.
En el 3-4-2-1 de Gasperini siguen siendo fundamentales el trabajo en las bandas (Gosens, a menudo, es imparable: ya realizó seis goles) y la asfixiante presión al rival, la que llevó a Guardiola a afirmar que "jugar contra la Atalanta es como ir al dentista: siempre sufres". Duván Zapata (11 tantos y 7 asistencias) es el centro de la delantera, aunque la fuerza de Muriel como revulsivo desde el banquillo se está convirtiendo en un factor determinante. El colombiano suma poco más que la mitad de los minutos de su compatriota, pero ya realizó 14 goles.
Una máquina que funciona bien y que se ha reforzado, entonces, pero que sí tiene algún defecto. El cuadro italiano sufre el doble compromiso y ahora, sin el Papu, depende muchísimo de Ilicic. El esloveno ha vuelto a brillar tras sus serios problemas personales (firmó 4 dianas y 7 asistencias), pero cuando se apaga, el equipo sufre. El partido de ayer lo demuestra.