Koeman gana puntos
En Sevilla, y antes del primer debate electoral, su Barça hizo exactamente el partido que pedía: agresividad, concentración y efectividad. El cambio de posición de Dembélé, como en su día de De Jong, funcionó.
Pero mientras se decide al presidente, Koeman suma muchas más cosas en su haber que en su debe desde que llegó al Barça el pasado mes de agosto. Ha recuperado la cultura del esfuerzo en los entrenamientos. La preparación física ha mejorado, ha iniciado el proceso de renovación en el equipo tirando de jóvenes (Pedri, Dest, Araújo, Mingueza, Ilaix...) y, finalmente, está sacando jugo de sus jugadores. El cambio de posición de De Jong ha sido uno de los hallazgos de la temporada. La ocurrencia de Dembélé como nueve también funcionó en Sevilla. Y se ha activado la meritocracia. Si cae el nivel de Pjanic, juega Riqui. Y si no le convence por lo que sea su juego, sale Ilaix. La suplencia de Griezmann es la mejor demostración de que los privilegios, más allá de la lógica inviolabilidad de Messi, se han acabado. Y que los jugadores empiezan a aceptarlo y no hay dramas. Si el francés quiere ser fijo, tendrá que reventar las redes en noches como la del miércoles que viene en Copa contra el Sevilla. Tácticamente, Koeman también ha ido probando soluciones. Del 4-2-3-1 de inicio de temporada pasó al 4-3-3 y, cuando ha necesitado sacarse algo de la manga para sorprender a un equipo como el Sevilla, ha colocado tres centrales.
Koeman explicó hace poco que el nuevo Barça está en mitad de camino. Gane o no algo esta temporada, lo que al holandés le interesa es que ya no vaya hacia atrás. Y de momento su trabajo tiene satisfecho a un buen porcentaje de socios en el Camp Nou. Los candidatos deben tenerlo en cuenta en sus arengas finales de la semana..., al menos hasta el miércoles. No sea que estén jugando con fuego con tanta tibieza.