Koeman gana puntos

En Sevilla, y antes del primer debate electoral, su Barça hizo exactamente el partido que pedía: agresividad, concentración y efectividad. El cambio de posición de Dembélé, como en su día de De Jong, funcionó.

Juan Jiménez
As
Ronald Koeman tuvo uno de sus primeros días grandes como entrenador del Barça en el Sánchez Pizjuán. Tampoco está para muchos más trotes la entidad... Pero al holandés le gustó todo lo que vio en Sevilla y se sintió triunfador y eufórico al final del partido. Primero, por sus decisiones tácticas. Ahogó al Sevilla en las bandas con el cambio de sistema y siempre tuvo superioridad en el centro del campo. Además, el toque mágico con Dembélé desconcertó a Lopetegui y sobre todo a su Koundé. Pero lo que más le gustó a Koeman fue el nivel de agresividad y concentración que al fin demostró el equipo. Condenado por sus errores individuales buena parte de la temporada; por sus despistes en los últimos minutos (goles a última hora en la final de la Supercopa o contra el Cádiz); y hasta por su facilidad para caerse ante el primer golpe en un partido grande (1-3 contra el Madrid, 0-3 contra la Juventus o 1-4 contra el PSG), esta vez el Barça dio la talla hasta el final y mantuvo una línea continua. Ganó casi sin sobresaltos.


Es el Barça que hace sentir orgulloso a su gente y del que habló Piqué al final del partido, como ya había hablado Koeman después de la remontada del Granada. En semana de elecciones, Koeman ganó puntos en Sevilla. Porque aunque los tres candidatos le han dado su respaldo, todos le han puesto alguna pega. Aunque luego reculó, Víctor Font prefería a Xavi para ese puesto de trabajo. Laporta no deja de repetir que el futuro de Koeman lo marcarán "los resultados y el juego" en un mensaje tranquilizador. Finalmente, Freixa asegura que cumplirá su contrato, pero su director de fútbol, Lluís Carreras, dijo en As que el mismo técnico holandés sabía que estaba siendo evaluado. Tal vez por eso, Koeman no piensa votar...

Pero mientras se decide al presidente, Koeman suma muchas más cosas en su haber que en su debe desde que llegó al Barça el pasado mes de agosto. Ha recuperado la cultura del esfuerzo en los entrenamientos. La preparación física ha mejorado, ha iniciado el proceso de renovación en el equipo tirando de jóvenes (Pedri, Dest, Araújo, Mingueza, Ilaix...) y, finalmente, está sacando jugo de sus jugadores. El cambio de posición de De Jong ha sido uno de los hallazgos de la temporada. La ocurrencia de Dembélé como nueve también funcionó en Sevilla. Y se ha activado la meritocracia. Si cae el nivel de Pjanic, juega Riqui. Y si no le convence por lo que sea su juego, sale Ilaix. La suplencia de Griezmann es la mejor demostración de que los privilegios, más allá de la lógica inviolabilidad de Messi, se han acabado. Y que los jugadores empiezan a aceptarlo y no hay dramas. Si el francés quiere ser fijo, tendrá que reventar las redes en noches como la del miércoles que viene en Copa contra el Sevilla. Tácticamente, Koeman también ha ido probando soluciones. Del 4-2-3-1 de inicio de temporada pasó al 4-3-3 y, cuando ha necesitado sacarse algo de la manga para sorprender a un equipo como el Sevilla, ha colocado tres centrales.

Koeman explicó hace poco que el nuevo Barça está en mitad de camino. Gane o no algo esta temporada, lo que al holandés le interesa es que ya no vaya hacia atrás. Y de momento su trabajo tiene satisfecho a un buen porcentaje de socios en el Camp Nou. Los candidatos deben tenerlo en cuenta en sus arengas finales de la semana..., al menos hasta el miércoles. No sea que estén jugando con fuego con tanta tibieza.

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