Guardiola está más allá de ganarle a Mourinho
Da gusto ver jugar a los equipos de Pep, un DT que se reinventa y está por encima de su clásico con Mou, quien lo recibió con respeto y admiración.
OléCuando los que ganan juegan un fútbol vistoso, apabullante, siempre innovador, son muchos los que se quedan sin argumentos después de tanto machacar con la falaz idea que jugar bien y triunfar van en contramano. Los fundamentalistas terminan adoptando posturas más extremas que los propios venerados. Por eso, dirijan a quienes dirijan, si se enfrentan Guardiola contra Mourinho se juega otro partido, lejos de la cancha.
Al Manchester City da gusto verlo jugar. A los equipos de Pep da gusto verlos jugar. Cuando en ataque termina armando un 2-3-5, con circulación de pelota, dinámica, mil variantes, con mucha posesión, con menos posesión, y termina bailando al Tottenham de Mourinho habría que sentarse, disfrutar y correrse de esa antinomia donde ni el mismo Mou se quiere ubicar. La forma que eligió el portugués para esperar el ingreso a la cancha de Guardiola debe haberle retorcido el estómago a más de uno. La admiración, el respeto y el saludo afectuoso voltean cualquier conjetura anterior.
Los dos le aportaron y aportan al fútbol sus capacidades pero, mal que les pese a muchos, Guardiola parece ser un artista en lo suyo, que moldea y moldea, que convence, que trabaja en su propio estilo, que con jugadores que acá no tienen “tanto nombre” como Foden, Gundogan, Sterling o Rodri, es capaz de revolucionar la Premier League.
Mourinho, gran entrenador, encontró en varias oportunidades la receta para poder frenar las fantasías de Guardiola. Y fue aplaudido a rabiar, como corresponde, porque lo hizo con autoridad y estrategias lícitas. La reinvención de Pep en el City lo pone, tanto en lo personal como a nivel equipo, en un nivel superior. Y quizás en un tiempo, sea al revés, ¿por qué no? La historia o la histeria es disfrutar la capacidad para armar equipos. Y hoy, más allá de los fundamentalistas, Guardiola juega otra liga.