Gloria en la casa de Maradona

El Granada se sobrepuso a un gol de Zielinski en el 3' y a las lesiones de Machís, Gonalons, Neva y Germán para eliminar al Nápoles y lograr el histórico pase a octavos de final de la Europa League.

Antonio Gallardo
As
La historia continúa. El Granada estará en octavos de final de la Europa League gracias a esa fe inquebrantable que le distingue y que le tiene en una nube desde que Diego Martínez aterrizó en Los Cármenes hace dos temporadas y media, con el equipo en Segunda. La clasificación obligaba a otra machada y el equipo la logró. A pesar del 2-0 de la ida y del precioso gol de Montoro en el 25’, el partido puso de nuevo al límite a los rojiblancos.

La batalla en el Diego Armando Maradona dejó cuatro nuevas víctimas en el parte de guerra nazarí. Darwin Machís, uno de los estiletes de Diego Martínez, se lesionó en el calentamiento. Al venezolano le siguieron Gonalons, Carlos Neva y Germán, todos ellos con lesiones musculares. Los dos primeros cayeron antes del descanso, mientras que el capitán abandonó el terreno de juego poco después de regresar del vestuario. El técnico gallego se vio obligado a tirar de Víctor Díaz, Nehuén y Yangel, que abandonó con problemas el partido del domingo en Huesca y que salió al césped en el 55’ bajo mínimos.

Si Gattuso pretendía un escenario propicio para la remontada, no pudo imaginarlo mejor. Eteki regaló un balón a Bakayoko en la medular y Zielinski adelantó a los italianos antes de los 180 segundos de juego. Pero el Granada sacó a relucir su oficio y equilibró el partido y el marcador. Montoro, el motor rojiblanco, amplió su excelso repertorio con un cabezazo de manual tras un buen centro de Foulquier. El 1-1 menguó el ímpetu del Nápoles, que sólo encontró algo de aliento en un disparo de falta que Insigne estrelló en el larguero tras un nuevo regalo de Eteki.

El Granada emitía señales muy sólidas y convincentes, pero los nazaríes no entienden de conquistas sin épica y las lesiones fueron desmontando el plan de Diego Martínez hasta dejarle casi sin margen de maniobra. Fabián encontró el único agujero que dejó la zaga rojiblanca para poner el 2-1 con más de media hora por delante. Vallejo y Soldado, en condiciones físicas peor que justas (el central se entrenó ayer al margen del grupo), salieron a remar en el 83’ para rematar la proeza. El Nápoles apretó hasta el final. Pero la zaga nazarí y Rui Silva se mantuvieron infranqueables. Los octavos exigían una gesta y el Granada, devastado por los problemas físicos de sus futbolistas, protagonizó otra noche heroica y alcanzó la gloria en el templo de Maradona.


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