El Real Madrid le pierde el tacto a los mercados de fichajes

Upamecano estaba entre los objetivos blancos si se marcha Ramos, pero el Bayern ya ha cerrado su fichaje. No es la primera vez que al Madrid le comen la tostada.

Manu de Juan
As
El Real Madrid acaba de ver como una de sus opciones de mercado para la próxima temporada se escapa definitivamente. Con la renovación de Sergio Ramos parada de momento y el contrato del sevillano expirando en junio, dentro de apenas unos meses, el Madrid tiene confeccionada una lista de potenciales centrales para suplir al capitán, que cerraría así una etapa de 16 años de blanco. Esa lista la componen Alaba, Koulibaly, Koundé, Pau Torres... y también Upamecano, hasta que el Bayern hizo público que ha firmado al francés para las próximas cinco temporadas, previo pago de su cláusula de rescisión, de 42,5 millones de euros.

Bien es verdad que Upamecano no era la primera opción del Madrid; esa sigue siendo Alaba, un central con más experiencia al primer nivel y que llegaría gratis tras finalizar su contrato con el Bayern (aunque, eso sí, exigiría una prima de fichaje y su agente, el israelí Pini Zahavi, una comisión jugosa). Hoy ya ha confirmado que deja el equipo de Múnich aunque no ha desvelado su destino. Pero que Upamecano haya quedado descartado es una mala noticia, pues era el defensor más asequible de los demás de la lista; Koundé cuesta 90 millones, el Nápoles rechazó en su momento 105 millones del United por Koulibaly (si no entra en Champions, el precio bajará drásticamente) y Pau Torres tiene una cláusula de 50 millones de euros.

El hecho de que Upamecano se haya decantado por firmar ya por el Bayern en lugar de esperar unos meses para ver si el Madrid podría volverse una opción real deja al descubierto una situación cada vez más habitual: el Real Madrid le ha perdido el tacto al mercado de fichajes. En otro tiempo, era bien conocida la capacidad de Florentino Pérez para desatascar cualquier fichaje, por imposible que pareciese; ahí están los ejemplos de Figo, Zidane o Ronaldo, sin ir más lejos. El presidente siempre recuerda que también hubo jugadores que no pudo firmar pese a su repetido interés en ellos, como el francés Patrick Vieira, pero eran casos aislados. Últimamente, es una tras otra.

Mbappé

Empezando por el propio Mbappé, el jugador sobre el que el Madrid quiere construir su próximo proyecto, siempre y cuando logre sacarlo del PSG este verano o en siguientes ventanas de mercado. El Madrid ya tuvo cerca la opción de fichar al francés, de hecho lo tuvo prácticamente cerrado, pero se le escapó y Mbappé terminó cambiando el Mónaco por el PSG, esa cárcel de oro que ha impedido salir a figuras como Marquinhos, Verratti o Neymar en los últimos años.

Era el verano de 2017, con el Real Madrid recién proclamado campeón de Europa por segunda edición consecutiva y Mbappé siendo el objeto de deseo de toda Europa tras haber conseguido que el Mónaco llegase a las semifinales de la Champions, dejando en cuartos de final atrás a todo un Manchester City. El Madrid se adelantó en los contactos con el Mónaco y ya tenía cerrado el precio: 180 millones, a los que hubo que añadir un impuesto que el club blanco se comprometió a pagar y que elevaba la cifra por encima de 200 millones. El acuerdo entre equipos era total.

Pero no con el jugador, que puso sobre la mesa dos exigencias: cobrar 12 millones netos por temporada (el Madrid sólo podía llegar a siete si no quería que el vestuario se revolucionase, no en vano Mbappé apenas tenía 18 años por entonces y había firmado media temporada brillante, pero sólo media temporada) y una salida del tridente blanco, compuesto por Bale, Benzema y Cristiano, para garantizarse minutos a las órdenes de Zidane.

No se dieron ninguna de las dos situaciones y Mbappé acabó en el PSG a cambio de 180 millones de euros, el mismo verano que Neymar también firmó por el equipo parisino. El Madrid tuvo la ocasión de traspasar a Bale al United por 100 millones de euros, pero no quiso saber nada y el delantero francés prefirió garantizarse su progresión en el club de su ciudad natal. Y hasta hoy está el Madrid deseando sacarle de París, sin éxito. Este verano parecía el indicado, pero llegó la pandemia y ahora todo está en el aire.

Neymar

Como Mbappé, estuvo también hecho por el Madrid, tanto que pasó el reconocimiento médico en Brasil, cuando todavía jugaba en el Santos. Sin embargo, la operación asustó al club blanco, pues Florentino explicó que entre salarios, comisiones y precio de transferencia se ponía en unos 150 millones de euros, lo que "dañaba el ecosistema" madridista, en palabras del presidente. El Barcelona acabó llevándoselo en el verano de 2013, afirmando entonces que había costado 57 millones de euros; la investigación posterior reveló que su precio se acercó bastante más a los cien millones, salarios aparte.

Ya en el PSG, Florentino hizo un intento serio en el verano de 2018, tras la marcha de Cristiano, para traerlo a Madrid y que liderase el proyecto blanco que había abandonado el portugués. Neymar entró con mal pie en el club parisino y tras sólo un año en el PSG (que pagó 222 millones por él al Barcelona), estaba dispuesto a cambiar de aires. Hizo toda la presión que pudo desde dentro, pero el equipo francés siempre cerró la posibilidad.

Pogba

Un viejo deseo de Zidane, que se lo pidió al club en varias ocasiones, y en especial tras su regreso al final de la temporada 2018-19; quería al francés del United para fortalecer el medio campo. El club le prometió al técnico intentarlo y apretó todo el verano al equipo inglés, pero la respuesta siempre fue la misma: Pogba no está en venta. El United había pagado 120 millones de euros, entre traspaso y comisiones, a la Juventus para sacar de allí al centrocampista y no estaba por la labor de dejarlo marchar, por mucho que nunca haya terminado de encajar allí.

Además, aquel conato de operación volvió a dejar patente la tensa relación que vive el Real Madrid con el agente de Pogba, el italiano Mino Raiola. El agente, uno de los más importantes del primer nivel internacional, no se distingue por morderse la lengua y sus declaraciones en el pasado han dañado mucho sus opciones de trabajar codo con codo con el Madrid, aunque hay una salida en el futuro cercano con Haaland, también representado por Raiola y al que el equipo blanco sigue muy de cerca, sobre todo si Mbappé se revela imposible.

De Gea

Un fichaje hecho que no fue por dos minutos (según la versión del Madrid). En el último día del mercado del verano de 2015, el United se avino a negociar con el Madrid para traspasar al portero por una cifra de 25 millones de euros más variables. Con el acuerdo hecho, el equipo inglés demoró mucho el envío de toda la documentación para introducirla en el sistema de transferencias de FIFA y el TMS (Transfer Matching System) se cerró sin que la operación fuese concretada.

A partir de ahí, se dispararon las especulaciones: se pensó que el United había saboteado la operación a propósito porque no quería vender al portero (se abrió a negociar por la insistencia del jugador, que deseaba regresar a España junto a su pareja, la cantante Edurne), también que el Madrid se lo pensó al final tras las buenas críticas que había acumulado Keylor Navas en los partidos de Liga jugados hasta entonces, tras la salida de Casillas al Oporto... El caso es que De Gea no firmó por el Madrid, renovó por el United y Keylor acabó siendo el portero de las tres Copas de Europa consecutivas del club blanco.

Villa

El primer gran fiasco tras el regreso de Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid, en 2009. Su plan incluía los fichajes de Cristiano (ya firmado por el anterior presidente), Kaká, Xabi Alonso y un delantero de renombre como Villa. Sin embargo, el Valencia se mostró como un compañero de negociaciones implacable, exigiendo 50 millones de euros. Florentino llegó a comparecer en la ya extinta Canal 9 pidiendo paciencia: "Lo de Villa es cuestión de tiempo".

Pese a que las relaciones entre Florentino y el entonces presidente del Valencia, Manolo Llorente, eran buenas, el club che no se avino a rebajar el precio, consciente de que la afición valencianista no quería que Villa acabase de blanco (las relaciones entre clubes quedaron muy dañadas tras el traspaso de Mijatovic en 1996). Al final, el Madrid cambió de objetivo y pagó 35 millones al Lyon por Benzema, mientras que Villa se quedó un año más en Valencia y acabó firmando por el Barcelona... por los 40 millones que ofrecía el Madrid doce meses antes.

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