El Everton se impone en la locura

Dávinson Sánchez adelantó a los de Mourinho. Los toffees se pusieron 3-1, pero el Tottenham recortó distancias con un tanto de Lamela. Bernard decidió el partido en la prórroga.

Alberto Muñoz
As
Sucedieron tantas locuras, que cuesta hablar de un solo momento cuerdo en los octavos de final de la FA Cup entre el Everton y el Tottenham. Una oda al fútbol, un homenaje a las eliminatorias a partido único que terminó llevándose, a los puntos, el equipo de Carlo Ancelotti, aunque nadie se hubiera extrañado si hubiese sido el de José Mourinho. Fantástico partido de los toffees sin James, con molestias, y fenomenal partido de los spurs sin Bale, que no se sentía capacitado para estar siquiera en el banquillo.

La locura comenzó a los 4 minutos cuando Dávinson Sánchez adelantó a los suyos con un cabezazo fabuloso a la salida de un córner. Una primera muestra de la intensidad que estaba por venir, pues el Everton, lejos de arrugarse, se destapó con una tormenta perfecta en apenas 7 minutos. Lo cierto es que quien le abrió la puerta fue el propio Tottenham, pues un error en defensa propició que Calvert-Lewin, que está inconmensurable esta temporada, empatase de nuevo el encuentro en el 36. A los dos minutos, una nueva siesta en defensa y un pase de espuela maravilloso de Lewin, permitió a Richarlison batir a Lloris desde la frontal del área. Sigurdsson, en el 43 y de penalti, consumó la gran remontada.

Sin embargo, los spurs, lejos de rendirse, reaccionaron antes del descanso por medio de Lamela tras una buena conexión con Son, lo que les dio las alas suficientes para no bajar los brazos en el descanso. En la reanudación, un nuevo remate de Dávinson tras un rechace en un saque de esquina devolvió las tablas al marcador, y los londinenses, que se habían visto fuera, empezaron a arrollar a los toffees. Pero, cuando mejor estaban, Richarlison volvió a aparecer para poner el cuarto de los suyos.

Sin embargo, de nuevo la conexión entre Son y Kane, una conexión que va para leyenda del fútbol inglés, volvió a salvar al Tottenham en el 83 con un cabezazo que mandó el partido a la prórroga. Ya en ella, Sigurdsson, que hizo un partidazo, puso un pase fantástico por encima de la defensa que definió Bernard para sentenciar la eliminatoria.

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