Vinicius se viene abajo
El brasileño ha perdido la confianza. Es el último en la rotación de extremos. Tenía la oportunidad de reivindicarse ante el Alcoyano, pero no tuvo su día.
Uno de ellos es Vinicius. El brasileño afrontaba un partido perfecto para reivindicarse tras varias semanas de poco protagonismo, de más tiempo en el banquillo que en el campo. Sin embargo, no fue para nada su día. Zidane le dio 90 minutos y, ante la poca eficacia de su actuación, decidió quitarlo antes del comienzo de la prórroga, cuando fue sustituido por Marco Asensio. Estuvo muy desacertado. Perdió ocho balones, cuatro duelos y apenas completó uno de los tres regates que intentó. En el 78' tuvo un claro mano a mano para hacer el 0-2, pero no fue capaz de superar a José Juan, portero del Alcoyano y héroe de la noche. Minutos después, perdió la marca de Solbes en el córner que supuso el 1-1.
Sin embargo, víctima de la exigencia y de las dudas en su propio juego, Vinicius se ha ido apagando. Ha pasado a ser el último en la rotación de extremos, viendo considerablemente reducida su cantidad de minutos. Sin contar la eliminación en Copa, promedia 9 de juego en los últimos cinco partidos. La recuperación de Eden Hazard y el rendimiento de Marco Asensio le dejan con pocas opciones de tener un hueco en esa banda izquierda, su posición natural.
Hay que recordar que, desde su llegada al Madrid, Vini ha vivido bajo una fuerte presión, algo nada sencillo para un chico de 20 años. Muchos han utilizado las altas expectativas generadas en sus primeros meses en el equipo como arma arrojadiza cuando las cosas no han salido bien. Y, si bien es cierto que se considera un jugador "atrevido", esto le ha afectado profesionalmente en varias ocasiones, como demostró echándose a llorar tras marcar un gol en el Bernabéu en septiembre de 2019. En Alcoy, las ganas y la necesidad de demostrar le volvieron a jugar una mala pasada.