Un policía del Capitolio de EEUU murió tras ser herido en los disturbios del miércoles
Se trata del quinto muerto por el asalto al Congreso estadounidense por parte de un grupo de violentos partidarios del presidente Donald Trump
Un oficial de la policía del Capitolio de los EEUU murió por las heridas sufridas durante los enfrentamientos en el asalto del miércoles a la sede del poder Legislativo estadounidense, según confirmaron tres fuentes a la cadena de televisión CNN.
Se trata del quinto fallecimiento como resultado de los disturbios. Una mujer recibió un disparo en el pecho de parte de un policía del Capitolio cuando la multitud entró al edificio y otras tres personas sufrieron emergencias médicas que resultaron fatales.
Frente a este escenario, el jefe de la policía del Capitolio en Washington renunció este jueves, según dijo a la AFP una fuerte cercana a esa agencia federal.
Steven Sund “renuncia a partir del 16 de enero de 2021”, dijo la fuente, que habló bajo condición de anonimato, horas después de que la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pidiera su dimisión, en medio de una ola de críticas por las fallas de seguridad alrededor del Capitolio.
Nadie se explica cómo pudo ocurrir que una protesta convocada hacía días, y que el propio presidente Donald Trump había anticipado que sería “salvaje”, acabaría con gente con banderas por los pasillos del Congreso, tomándose fotos o sentándose en los escaños de los legisladores tras haber superado por la fuerza un cordón policial claramente insuficiente para detener a una multitud violenta.
El presidente electo, Joe Biden, cuya victoria electoral estaban confirmando entonces los congresistas, criticó este jueves la actuación policial y, como muchos otros, se preguntó qué habría pasado si en vez de seguidores de Trump los violentos asaltantes de las vallas policiales hubieran sido afroestadounidenses.
Pese al despliegue de 340 soldados de la Guardia Nacional ante una protesta que preveía unos 15.000 participantes, las autoridades tuvieron que pedir ayuda sobre la marcha a cuerpos de policía cercanos y otros 150 guardias para recobrar el control de la ciudad.
A diferencia de los gobernadores de los estados, la alcaldesa de la capital, Muriel Bowser, no puede convocar a la Guardia Nacional por su cuenta, sino que necesita la aprobación del Pentágono, algo que consiguió anoche gracias a la intervención, no de Trump, sino del vicepresidente Mike Pence.
El secretario del Ejército, Ryan McCarthy, dijo este jueves que una agresión contra el Capitolio como la que se produjo no estaba ni en su “imaginación más salvaje”.