Stephen Curry y Draymond Green desentierran la esencia warrior

Otro partidazo de Curry y exhibición coral (41 asistencias) de los de Kerr ante unos Kings patéticos. Mejoran Wiggins y Oubre y los de la Bahía están ya en positivo (4-3).

Juanma Rubio
As
Los Warriors. Por un momento, si te olvidabas de todo, parecían eso: los Warriors. Ya no están en el vetusto e inolvidable Oracle Arena y ni siquiera pueden tener las gradas llenas en el reluciente Chase Center del downtown de San Francisco. Ya no están Kevin Durant ni Andre Iguodala ni Shaun Livingston. Y sigue sin jugar desde las Finales de 2019 Klay Thompson. Pero durante los dos últimos partidos, los Warriors han recuperado buena parte de su esencia. En el día de los 62 puntos de Stephen Curry contra los Blazers… y en un triunfo mucho más coral, la demolición (137-106) de unos Kings patéticos.

No es casualidad, desde luego, que la híper actividad y la competitividad hayan vuelto con el regreso de Draymond Green, que ha sumado 6 puntos totales en estas dos victorias pero ha tenido un papel absolutamente decisivo en todo, especialmente en defensa pero también en ataque. Quien no vea hasta qué punto es determinante Green más allá de las estadísticas es que se pasó mirando a las musarañas los años de la dinastía. Con su guardaespaldas de vuelta, Stephen Curry vuelve a ser Stephen Curry. De los 62 puntos a Lillard y los Blazers a 30 con 9 rebotes y 8 asistencias a los Kings. Y pudieron ser muchos más ya que solo jugó 31 minutos, con el partido decantado desde el primer cuarto (37-20) y totalmente sentenciado durante toda la segunda parte. Son cuatro victorias en cinco partidos para los Warriors (4-3 ahora), que empezaron 0-2 y con un terrorífico -65. Y son cuatro derrotas en cinco tras empezar 2-0, el reverso exacto de la moneda, para Sacramento Kings, que dieron continuidad a su pésima segunda parte del sábado ante los Rockets con un partido penoso en el que demostraron que no importa que sea rookie: echan mucho de menos a Tyrese Haliburton.

Curry, desatado en el primer tiempo (23 puntos), llevaba al descanso un 4/7 en triples por el 4/18 de los Kings. Los Warriors batieron el récord de asistencias de la temporada: 41, un destello de lo que era su baloncesto perfecto hace un puñado de años. Solo sumaron 11 pérdidas mientras que los Kings se quedaron en 20 pases de canastas y 14 balones perdidos. En triples, 23/43 (demoledor) para los locales, 10/35 para los visitantes… no hay mucho más añadir. De’Aaron Fox sumó 18 puntos y 7 asistencias para un equipo que sabe cómo de mal se acaban poniendo las cosas cuando se ponen mal… así que cuidado. Marvin Bagley, con su padre pidiendo el traspaso en las redes sociales, volvió a jugar un pésimo partido: 5 puntos y 9 rebotes con un 2/9 en tiros y ninguna actitud defensiva. Buddy Hield va perdiendo el ritmo (10 puntos, 3/11 en triples) y, sin Haliburton, lo más estable que tiene Fox cerca es a Harrison Barnes, el ex warrior que aporta sin brillo (18+9).

Los Warriors volaron al ritmo de Curry y Green. Todavía imperfectos y con obvias limitaciones, están demostrando al menos que son capaces de aprender rápido, ajustar, crear una nueva personalidad casi de la nada. El rookie James Wiseman (10+4) sigue dejando buenas sensaciones y mejoran visiblemente Andrew Wiggins (16 puntos, 5 asistencias) y Kelly Oubre (18 y 4 triples). El primero más sensato con la bola en la manos, el segundo con el acierto en el tiro que le había abandonado en los primeros partidos. En total, un buen quinteto si juega con intensidad y sentido, como lo ha hecho en los dos últimos partidos, y con Eric Paschall (el meritorio jugador de segundo año) reconvertido en pívot suplente, un rol extraño pero en el que está encajando (esta vez 14 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias). Ahora vienen curvas (dos duelos con los Clippers, los Pacers, los Suns, los Lakers…) peros los Warriors están a año luz de donde estaban hace solo unos días. Y con Curry en estado de gracia. Excelentes noticias para ellos… y para la NBA.

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