Stephen Curry desbarata a unos Lakers demasiado confiados

El base provocó 12 de los 14 puntos con los que los Warriors le dieron la vuelta al partido en los últimos cuatro minutos.

Mike Maestre
As
Magnífico colofón al día especial que la NBA y, en general, Estados Unidos dedica a la figura de Martin Luther King. Este día festivo a nivel nacional acabó ya bien entrada la noche con un buen espectáculo en el Staples Center de Los Ángeles entre los Lakers y los Warriors. Los primeros llegaban con cinco victorias seguidas y una sensación de control absoluto en las semanas iniciales de la competición. Los segundos lo hacían ya con la mayoría de sus jugadores a punto. Buen duelo de división para testar el nivel de cada uno con ya más de diez citas por bando

No decepcionó. Para nada. Los Warriors supieron aguantar los golpes de unos Lakers en los que sólo Schröder y Kuzma dieron un gran nivel. En el final del partido, con una distancia sustancial, los de Steve Kerr pillaron relajados en exceso a los vigentes campeones y les levantaron la victoria como los mejores carteristas de las grandes metrópolis. Curry, que tampoco estaba teniendo su mejor partido, participó en 12 de los 14 puntos a los que los angelinos, que ganaban por siete, no supieron responder en los últimos cuatro minutos

El corazón de los Warriors volvió a latir bien fuerte. Se demuestra por la moral que tuvieron después de lo que pasó en la primera mitad. Otro equipo o los mismos Warriors el año pasado ya hubieran dado carpetazo al encuentro al descanso.

El primer arreón, el de salida, dejó a un Schröder desatado ante el que nadie podía responder. 10-2, 25-12 y hacia arriba. La diferencia iba aumentando. El primer cuarto se cerró con Wiggins repitiendo jugada y con un triplazo de Stephen Curry sobre la bocina, por lo que algo se podía vislumbrar ahí. 

En la transición hacia el final de la primera parte destacaron Kelly Oubre (23) y Montrezl Harrell (17). El primero incluso le tiró un beso al segundo por el que recibió una técnica. Sorprende que los dos no se desconcentraran con todo lo que hablan y lo que se encaran con los demás. Otro de los que sacó la cabeza ahí por los suyos fue Eric Paschall, con un trabajo mucho más silencioso pero igualmente efectivo. No había muchos quebrados defensivos, eran jugadas bien construidas por las que se conseguían canastas. Se acercaron un poco los de San Francisco, pero LeBron James apareció en el momento justo con cuatro acciones casi seguidas para que no se completara la igualada. 

Ya en el tercer periodo, nueva demostración de carácter de los Warriors para aguantar. Se pusieron a dos, buen racha de los Lakers, se pusieron a uno, buena racha de los Lakers. Parecía imposible sobrepasarles. Las tres puñaladas de Kyle Kuzma a los visitantes desde el perímetro fueron de largo alcance. 

La distancia se estableció entre los 6-8 y los 12-14. En esa horquilla se jugó lo que restaba de encuentro. James y Davis no estaban muy entonados, juntos acabaron con 12/32 en tiros de campo, pero Curry estaba aún peor: el base terminaría el encuentro con 8/22. La diferencia estuvo en la capacidad para reaccionar de una y otra parte a un final un tanto extraño. 

A falta de cuatro minutos el resultado era 108-101. A partir de ahí, todo Curry. Un 2+1, dos tiros libres y dos asistencias hicieron remontar a los Warriors. Sólo una acción de Oubre en la que colaboró con Green no tuvo la firma del base. El bajón de los Lakers fue tremendo, especialmente de un LeBron James que sumó unos pasos con dos triples fallados, el último a cinco décimas del final y con el que intentó la heroica. Curry -que terminó con 26 puntos- sí anotó un triplazo, jugando con Davis en la parte frontal de la cancha, con el que no sentenció el encuentro pero sí se lo puso cuesta arriba a los otros. Y Golden State se llevó un final apoteósico y sumó su séptima victoria de la campaña.


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