Raúl y Muniain, los superleones

Doblete del excolchonero y recital de pases de Iker. El Getafe estuvo muy blando en defensa. Destrozo en el primer triunfo del Athletic ante Bordalás.

Alfonso Herrán
As
Un supercampeón tiene sus propios héroes, gente sin capa ni traje de volar, pero con fútbol de otra galaxia, imperecedero. Es el caso de Muniain y Raúl García, a los que esta etapa con Marcelino les ha rodeado de púrpura. Sus diabluras abatieron al Getafe con contundencia. Los agoreros que anunciaban un tostonazo en San Mamés en lunes invernal por la noche, por aquello de que se enfrentaban dos técnicos tan tácticos y rigurosos como Marcelino y Bordalás, seguro que recogieron sus proclamas a los 19 segundos con el 0-1. Y no digamos ya al descanso, tras un primer tiempo de locos, de puro frenesí. O a los cinco minutos del segundo tiempo, con otra asistencia de Muniain (lleva cinco en tres partidos) y el primer tanto de Yeray como león para la remontada rojiblanca. Este Iker está en plan Magic Johnson, dando asistencias de ilusionista, de prestidigitador, tiene compás, escuadra y cartabón en su bota. Berenguer y De Marcos cerraron la cuenta. El Athletic no había ganado nunca a un equipo de Bordalás y a la octava vez lo hizo con estropicio.

Ni medio minuto tardó el Athletic-Getafe en abrirse en canal. Olvidadas las serpentinas de la Supercopa y el milagro de la Copa, el Athletic retomó su aire fúnebre y despistado de la Liga, el que dejó en herencia Garitano tiempo atrás. Ocho toques del equipo azulón tras sacar de medio campo, un error en cadena iniciado por Yeray con un mal despeje, Mata que sirve a la banda, desde esa orilla centro de Aleñá y cabezazo de Cucurella en el área. Pim, pam, pum. 0-1. Marcelino y Bordalás no se soportan, por riñas lejanas, pero en el fondo son cuñas de la misma madera. Dos técnicos al que les gusta que su gente juegue muy arropada y cuando se ponen por delante, haya toque a rebato. Pero esta vez no hubo corsé de la pizarra, los dos equipos salieron a la aventura sin mirar atrás. Al asturiano no le dio tiempo a ver el tanto visitante. Le llegó el eco cuando subía las escaleras hacia su banquillo, una tardía puesta en escena tal vez por no cruzarse con Bordalás. Al acabar hizo otro regate: se fue antes.

La velada traía una montaña rusa de emociones. A los cinco minutos Cordero Vega pitó un penalti de Yáñez en una salida sin freno ante una carrera de Williams. Le atropelló, pero asesorado por el VAR, Martínez Munuera le chivó que antes había tocado el balón. Lo comprobó por sí mismo en la pantalla a pie de campo. El Athletic tenía pérdidas por dentro en medio campo que le provocaban disgustos y el Geta se presentaba veloz en el balcón de Unai Simón. No había tiempo para parpadear. Muniain se giró sobre sí mismo cerca de la frontal del área. Atento a la maniobra, Etxeita pedía a Nyom que vigilase a Raúl García, un tormento durante los 90 minutos. Pero el lateral camerunés percibía otro cliente a la espalda y bastante tenía con esa vigilancia. El uno por el otro, la casa sin barrer, el navarro metió un golazo alargando la pierna derecha como si fuera de goma.

El Geta creaba problemas en los leones a la hora de salir de la cueva. Pero poco a poco fue cogiendo postura el cuadro de Marcelino, con su veloz decisión a la hora de atacar, todo engrasado por Muniain y con los apoyos suntuosos de Raúl García. En 13 minutos, dos goles y un penalti revisado. ¿Quién podía mejorarlo? Pues Cucurella con una pena máxima forzada con Núñez de pareja de baile, al que desplazó el canterano culé. El VAR esta vez no desmintió al colegiado. El que renegó del destino del gol fue Unai Simón. Alguien le chivó que Mata suele alternar los disparos a un lado y otro, le aguantó la 'paradinha' y se hizo grade sobre su izquierda. Metió una mano muy dura abajo. Aquello no bajaba las pulsaciones.

La segunda parte fue un desmelene del supercampeón de España. Yeray anotó su primer tanto como león. El dinamismo y claridad en ataque de este Athletic es de aspirante a grandes cotas. Extrañaba ver cómo le remataban al Getafe todos los saques laterales y córneres. Berenguer y De Marcos, tras una delicatesen de Unai López, cerraron la cuenta en el festival. No tocaba 'Orsai', el grupo formado por seis jugadores bilbaínos. Las sinfonías las pusieron todos. Marcelino ha caído de pie en Bilbao. Sus leones no muerden, engullen.

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