¿Qué es la Superliga, quién la jugaría y cuánto cobrarían?
Es el mastodóntico proyecto que amenaza al hábitat natural del futbol tradicional. Una especie de NBA que ha encontrado el rechazo de la FIFA, la UEFA y el resto de confederaciones.
Pero la realidad es que los clubes poderosos se ven con fuerza como para abrir su propio camino. La propuesta de la Superliga europea brindaría hasta un total de 350 millones por club por unirse a la competición. Según un documento inicial que recoge el Times, habría 15 clubes fundadores y fijos. La carta de 18 páginas también dice que, además de estos miembros fundadores, habría otros cinco que se clasificarían cada temporada, en caso de que se les permitiera.
Aún no se ha desglosado la cantidad de equipos por país entre los 15 fundadores, pero estaría basado en el interés del mercado televisivo global. Por lo tanto, estaría repartido así: seis clubes de Inglaterra (presumiblemente los del Big Six), tres de España (en principio Madrid, Barça y Atlético), tres de Italia, dos de Alemania y uno de Francia.
La Superliga se dividiría en dos grupos de diez. Los cuatro primeros pasarían a cuartos de final, semifinales y final, que se disputaría a un partido. Los partidos se jugarían entre semana y los clubes podrían jugar sus ligas nacionales, si fuera el caso. No parece que las ligas nacionales aceptaran.
Mucho más dinero
El documento también muestra que los ingresos potenciales para los 15 fundadores serían enormes en comparación con los actuales, además de que se les permitiría emitir hasta cuatro partidos a través de sus propios canales de TV. La televisión y el patrocinio favorecerían a los clubes fundadores: el 32,5% se repartiría equitativamente entre los 15 clubes, el 20% sería dinero por méritos en el torneo y el 15% restante sería una participación comercial “basada en el conocimiento del club". El otro 32,5% se distribuiría entre los cinco clubes restantes. Además, los 15 clubes fundadores compartirían un “fondo de infraestructura” inicial de 3.500 milllones que se pueden gastar en estadios, instalaciones o para reemplazar los ingresos perdidos.
La Superliga inquieta al fútbol tradicional, es un hecho. Florentino Pérez trasladó el proyecto a Gianni Infantino, presidente de la FIFA, y esta última semana visitó en Turín a Andrea Agnelli, máximo dirigente de la Juve y también de la ECA, la Asociación de Clubes. La respuesta de los organismos ha sido clara: la FIFA sólo concibe como cambio el nuevo Mundial de Clubes con 24 selecciones y la UEFA, la ampliación de la Champions con más partidos. Todo lo contrario a lo que pretenden los clubes más poderosos. El actual modelo se les quedó pequeño.