Mercedes pierde la paciencia con Hamilton

Desde Italia aseguran que Daimler ha exigido que la renovación se realice a la mayor brevedad, jugando con la carta de Russell.

Raúl Romojaro
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Se suceden las informaciones sobre el futuro de Lewis Hamilton en la escudería Mercedes. Cuando la renovación se presentaba como una cuestión de tiempo, un mero trámite, las diferencias en los grandes números del acuerdo están provocando tensiones inesperadas entre los implicados. Así al menos lo señala la web ‘Motorsport.com’, que desde Italia afirma que Daimler, grupo propietario de la empresa automovilística y accionista de la escudería, quiere que el contrato se cierre lo antes posible.

El ‘Corriere dello Sport’ ya avanzó días atrás que el gigante automovilístico frenó la renovación ante las elevadas exigencias contractuales del británico. Ahora las nuevas fuentes van un paso más allá, al señalar que Toto Wolff, consejero delegado del equipo de Fórmula 1 y también accionista, ha recibido el mandato de Daimler de acelerar al máximo el acuerdo. Sobre la mesa de negociación aparece la figura de George Russell, que tan excelente papel realizó en el GP de Shakir con el Mercedes, cubriendo la vacante de Hamilton durante su convalecencia por el coronavirus.

‘Motorsport’ mantiene la teoría de que el mismísimo presidente de Daimler, Oka Kallenius, no acepta las condiciones del británico en un momento de recortes generales y austeridad en el grupo alemán de la automoción, al igual que en todo el sector. Estas fuentes apuntan a “un salario de 40 millones de euros por temporada, un contrato de cuatro años de duración, una prima del 10% en caso de ganar nuevos títulos y un Mercedes AMG One de regalo”.

Wolff es partidario de mantener la calma, esperar unas semanas y permitir que la negociación fluya sin tensiones, con el horizonte de la renovación puesto antes de los primeros entrenamientos de pretemporada en Barcelona. Sin embargo, Daimler se niega a esperar tanto y saca a la palestra en nombre de Russell como instrumento de presión. El también británico es uno de los pilotos más talentosos de la parrilla, una apuesta de futuro por su juventud (22 años) y, desde luego, con exigencias muy inferiores en todos los sentidos a las del heptacampeón.

En la cuestión económica la solución podría estar en manos de Ineos, el grupo químico que es el tercer accionista a partes iguales de la escudería Mercedes, que aportaría la remuneración a la que Daimler no llegase para conservar a Hamilton. Sin embargo, el otro escollo que se deberá salvar en la negociación es la duración del contrato: los cuatro años que desea el piloto quedan fuera de los planes de la marca alemana, que ofrece dos temporadas con posibilidad de ampliación.

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