McKennie, el motor de la Juventus, que prefirió el fútbol a la NFL

El centrocampista norteamericano de la Juventus es la sensación en el equipo de Pirlo. Cedido por el Schalke, no empezó a jugar al fútbol hasta que no se mudó a Alemania con su familia.

Pablo M. Fuentenebro

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Weston McKennie, (28-8-1998, Texas, EE UU) se está convirtiendo en el jugador sorpresa de la Juventus. Fue de las últimos incorporaciones en llegar a la filas de la Vecchia Signora pero el norteamericano cada vez tiene más peso en el campo y en el vestuario. Y eso que McKennie no es propiedad del conjunto italiano, solamente está cedido por el Schalke.

Cuando a Pirlo le encomendaron la tarea de ser primer técnico de la Juventus, disponía de muy poco tiempo para preparar la siguiente temporada. Su destino en un principio era el filial juventino. Tras un análisis exhaustivo y con Sami Khedira aquejado de continuos problemas de lesiones pidió a Fabio Paratici, director deportivo, al vicepresidente, Pavel Nedved y al presidente Andrea Agnelli, algo de músculo para el mediocampo. El nombre de McKennie salió a la palestra y se trabajó para cerrar su cesión. El tiempo atosigaba. Una vez a las órdenes de Pirlo, el norteamericano no está encontrando rival a la hora de hacerse un hueco en el once turinés. Incluso marcó un golazo ante el Barcelona en Champions (que ha sido elegido como el mejor de 2020 por la afición bianconera). La Juve podrá fichar al centrocampista por 18M€, precio de saldo, según están valorados los prometedores jugadores actualmente en el mercado.

El fútbol se cruzó en una vida destinada a la NFL

La vida de McKennie no siempre estuvo vinculada al fútbol. Ya que desde muy pequeño practicó el fútbol americano en los lugares donde estaba destinado su padre, militar de profesión. Como Fort Lewis, un puesto militar en Washington. Sin embargo, papá McKennie fue destinado a la base aérea estadounidense de Ramstein (Alemania). El pequeño McKennie tenía solamente seis años y su sueño de ser algún día profesional en la NFL estaba en duda ya que en Alemania le era imposible encontrar equipos en los que continuar con su prometedora carrera como RB o potente integrante de los equipos especiales.

Entonces, fue en el país germano cuando se cruzó el fútbol, al que ya no abandonó de vuelta a EE UU. Alternaba ambos deportes hasta que tuvo que decidir y lo hizo por el fútbol. Entró en las filas del Dallas Academy para luego ingresar llamar la atención de los ojeadores de la cantera del Schalke, que no dudaron en reclutarle conocedores de su infancia en tierras alemanas.

Fue entonces cuando la NFL se perdió un prometedor jugador y el fútbol ganó un centrocampista con físico, box to box, que puede marcar una época en Europa. A finales de año fue designado como jugador estadounidense de 2020. El primer premio a una carrera que puede estar jalonada de muchos otros reconocimientos. Pirlo y todos los aficionados de la Juventus están encantados con el rendimiento del norteamericano. Su intensidad, su desparpajo y la savia nueva que contagia al resto de sus compañeros han convertido a McKennie una de las sensaciones de la Serie A. Tan buena ha sido la experiencia con el norteamericano que la Juventus ha fichado a su compatriota Bryan Reynolds.