Mané abusa de un Aston Villa sin jugadores del primer equipo

Los 'Reds' salieron con algunos de sus mejores jugadores, todo lo contrario que su rival, que jugó de inicio con siete del filial y cuatro juveniles.

Alberto Muñoz
As
Había que comparecer. Así lo marcan la competición y un calendario de lo más apretado, pero se puede decir, sin temor a equivocarse, que la pandemia había arrebatado al Aston Villa cualquier posibilidad de clasificarse mucho antes de saltar al terreno de juego.

No solo por la talla del rival que tenía enfrente, un Liverpool que no especuló y salió con algunos de sus mejores jugadores, sino porque lo hizo con siete jugadores del filial y cuatro juveniles. El coronavirus, que ha infectado a nueve futbolistas y cinco integrantes del cuerpo técnico, le había arrebatado al resto de su primera plantilla.

Aun así, chapó por los chavales, que consiguieron mantener la muralla y la esperanza hasta la hora de juego por mucho que Mané ya hubiese adelantado a los reds a los cuatro minutos. El empate de Barry justo antes del descanso les dio esperanzas, pero, justo cuando el reloj marcaba la hora de juego, el tanto de Wijnaldum, que no hizo amago siquiera de celebrar, tumbó a los ‘baby villanos’.

Las siguientes dos ocasiones, como un martillo pilón, también entraron, y el senegalés primero y Salah después descubrieron, como tirando de una manta, la realidad de una plantilla que nunca debió jugar este partido, pero que, como tantas otras cosas que provoca la pandemia, no tuvo otro remedio.


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