Los nuevos amigos de Messi
En San Mamés, Messi jugó un partido aplastante. El argentino marcó dos goles, pero además remató dos veces en los palos, falló una oportunidad solo ante Unai Simón, y vio cómo se le anulaba un gol por un fuera de juego de menos de medio metro. Un partido completísimo en el que lo mejor para él es que empieza a sumar amigos y socios para su causa. El primero, De Jong. Después de recibir de Messi el pase del gol del partido en Huesca, el holandés se sintió con fuerzas para hacer un desmarque lejanísimo que acabó siendo la acción del 1-1. Una jugada de fe que desvela cierto cambio de ánimo en el Barça. De Jong y Dembélé animaron al equipo después del 0-1. El francés es más difícil de interpretar para Messi, pero están empezando a hablar el mismo lenguaje. La acción del 1-3 empezó con una conexión entre ambos.
Lo de Pedri es caso aparte. El canario se inventó otra delicatessen. Escuchó el susurro de Messi y le hizo eso que en fútbol sala es tan común, la 'pisadita'. La conexión ya venía de atrás. En Valladolid, en el último partido del año, de una conexión parecidísima salió la acción del 0-3. Se entienden con la mirada. Da miedo hablar de nombres propios tan gigantes, pero esa conexión de Messi recuerda a la que en su día tuvo con Xavi y con Iniesta. Se intuye algo especial en esa sociedad. Se trata ahora de que cuaje y se alargue en el tiempo. Eso fue lo fundamental en lo anterior.
A los nuevos amigos de Messi (De Jong, Pedri y en parte Dembélé) quiere unirse Griezmann. El francés le regaló el 1-3, pero antes también lo encontró en una acción antes del descanso que el seis veces ganador del Balón de Oro desperdició por milímetros. Griezmann quiere entenderse con Messi, aunque sea a cambio de no hacer goles o tener menor reconocimiento. El nivel del francés no está al nivel que se espera de un jugador de tanto dinero, pero salta la vista que tiene mucha más entidad como futbolista que Braithwaite y que aunque deba jugar volcado a la izquierda, eso que Koeman prometió no hacer a su llegada, los galones deben imponerse y deberá jugar.
Messi sigue teniendo una comunicación muy especial en el campo con Sergio Busquets y Jordi Alba, sus viejos socios. Pero eso ya no era suficiente, Ni mucho menos. Primero se fue Xavi; luego Daniel Alves. Más tarde Neymar y luego Iniesta. Y, finalmente, Suárez. El mediocentro y el lateral no podían ser los únicos jugadores con los que conectara en el campo. De Jong, Griezmann, Dembélé y, sobre todo Pedri, se piden ser los nuevos amigos de Messi. Para, tal vez, unn nuevo futuro de Messi.