Los Lakers comienzan a sembrar el terror en el Oeste
Sexta victoria en siete partidos y liderato para unos campeones que han pisado el acelerador. Davis (27) comandó un juego interior que destrozó a los Rockets.
Aunque el super small ball pasó a la historia en Houston, el juego en la zona de los Lakers les arrasó metiendo más de la mitad de los puntos del equipo (62 de 120). El gran protagonista fue Anthony Davis (27 tantos, 9/12 en tiros), que se había perdido el último partido pero que volvió a jugar a un nivel notable. Y eso que ni siquiera tuvo que pisar el acelerador a fondo. Pero no sólo él aprovechó la ventaja por dentro. LeBron James, en una noche en la que estuvo en segundo plano detrás de su compañero, metió la mayoría de sus 18 puntos cerca del aro. Y Montrezl Harrel, que acabó con 16, lo mismo.
El ex de los Clippers es uno de los grandes motivos por los que este equipo es más fuerte en ataque. Aporta unos puntos desde el banquillo que el año pasado no existían. Igual que Talen Horton-Tucker, que ya ha dejado de ser novedad. El escolta acabó con 17 puntos, fallando sólo un tiro de campo y robando 4 balones. SI a eso le sumas la capcidad de anotación de Dennis Schroder (17 anoche) y el talento de Marc Gasol la combinación está hecha.
Los Rockets siguen buscándose a sí mismos con un equipo muy distinto y un entrenador que intenta inculcar otra forma de jugar. Sin embargo, anoche recordaron sus peores vicios con un partido de esos que tanto molestan a sus detractores en los últimos tiempos: 12/41 en triples. Por supuesto, en lo alto de este despropósito lanzador estuvo James Harden (2/8), que también perdió 7 balones y que, por lo demás, no estuvo mal: 20 puntos, 6 rebotes, 9 asistencias, 50% en tiros de campo... Pero tampoco estuvo decisivo. Ni él, ni Wall, ni Wood, ni por supuesto Cousins que acabó expulsado. Antes ya habían hechado a Markieff Morris por un trifulca con el propio Cousins en un partido que acabó con cinco técnicas y dos flagrantes. Nada de eso distrae a los Lakers, que están otra vez primeros en solitario de un Oeste que parece que van a seguir reinando durante un tiempo.