Joe Biden firmó sus primeros decretos como presidente de Estados Unidos
Las medidas revierten políticas de su predecesor, Donald Trump, en áreas como el cambio climático, la inmigración, la justicia racial y la pandemia de COVID-19
En concreto, Biden determinó la vuelta de los Estados Unidos al Acuerdo de París, el principal instrumento multilateral de lucha contra el cambio climático, y levantó la prohibición de vuelos de ciertos países mayoritariamente musulmanes.
En su primer contacto con la prensa desde el Salón Oval, Biden afirmó que el país “va a volver al Acuerdo de París a partir de hoy”. “Vamos a combatir el cambio climático de una forma que no habíamos intentado hasta ahora”, dijo.
También requirió el uso de mascarillas “donde yo tenga autoridad” y la necesidad de mantener la distancia social en las propiedades del gobierno federal. Y anuló el proceso de desvinculación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), anunciado por Trump en el medio de la pandemia. Sobre esto se refirió Jen Psaki, secretaria de prensa de Biden, este miércoles por la tarde durante su primera conferencia de prensa: “Durante cien días habrá que usar la mascarilla, es un decreto presidencial y se revoca la exclusión de Estados Unidos de la OMS”.
La portavoz adelantó que este jueves el doctor Anthony Fauci, principal epidemiólogo de la Casa Blanca, mantendrá una reunión virtual con las autoridades de la OMS.
El gobierno entrante ya había anticipado su voluntad de llevar a cabo esas acciones antes de la toma de posesión. Un memo del jefe de gabinete de Joe Biden, Ron Klain, dirigido a los principales funcionarios del nuevo gobierno demócrata, dijo que el objetivo era abordar “cuatro crisis que se superponen y se agravan: la crisis de COVID-19, la crisis económica resultante, la crisis del clima y una crisis de igualdad racial”. Todas, subrayó, “exigen una acción urgente”. Por eso apenas asuma el cargo, y durante la primera semana a 10 días, Biden tomará “medidas decisivas” contra las cuatro y también “para prevenir otros daños urgentes e irreversibles y restaurar el lugar de los Estados Unidos en el mundo”.
Psaki sostuvo que el coronavirus provocó “una crisis de asequibilidad de la vivienda sin precedentes”. Ante ese escenario, Biden “tomó medidas y pidió que se extendiera la moratoria”. Asimismo, la portavoz del presidente norteamericano remarcó que “aumentaron las dificultades en los préstamos estudiantiles”, por lo que el jefe de Estado “extendió la pausa en el pago de los préstamos estudiantiles y los intereses”.
Klain —quien fue jefe de gabinete durante la vicepresidencia de Biden y coordinó la respuesta al ébola nombrado por Barack Obama— mencionó el legado del mandatario saliente: “El presidente Biden actuará no solo para revertir los daños más graves del gobierno de Trump sino también para que el país comience a progresar”.
Estas medidas también aspiran a crear un clima de trabajo político al que luego se sumará el Congreso, que también quedó en manos demócratas, con aquellas otras cuestiones que requieran de acciones legislativas. Antes del fin de enero, Biden también presentará propuestas en Capitol Hill, según Klain, como “el proyecto de ley de inmigración que enviará en su primer día en el cargo; la propuesta de recuperación para crear millones de empleos sindicalizados y bien remunerados que dará a conocer en las próximas semanas y su continuo apoyo a las normas sobre derecho al voto, salario mínimo y el combate de la violencia contra la mujer”.
Psaki explicó que el proyecto de ley que enviará Biden al Congreso respecto a la inmigración tendrá como objetivo “proporcionar a la gente trabajadora que ha estado aquí durante décadas un camino a la ciudadanía”. Sobre la construcción del muro en la frontera con México, comentó que el presidente intentará detener su financiación.
Además de las dos medidas mencionadas, otro decreto evita las ejecuciones hipotecarias y los desalojos generados por la crisis del COVID-19 e impone el uso de cubrebocas en los viajes interestatales y dentro de los edificios federales. También extiende la moratoria de los pagos a los créditos para la educación universitaria, que constituyen una importante deuda que los estudiantes se llevan, junto con el título, al graduarse.
Si bien Klain reconoció que el “pleno cumplimiento” de la agenda política del nuevo gobierno necesita que el Congreso aprueba una ley de asistencia de USD 1,9 billones y que un plan de inmigración también requiere una reforma parlamentaria, otras varias acciones se pueden impulsar por órdenes del poder ejecutivo y beneficiar mientras tanto a muchas personas: según el memo, por ejemplo, más de 25 millones de estadounidenses corren el peligro de quedarse sin techo por la crisis.
“Quiero ser claro: la teoría legal detrás de los decretos está bien fundamentada y representa una restauración de un papel adecuado y constitucional del presidente”, escribió el jefe de gabinete. Aludía así a que muchas de las órdenes ejecutivas que emitió Trump fueron cuestionadas en los tribunales (algunas resultaron bloqueadas) y a que el propio Biden subrayó sus límites durante la campaña 2020: “No se puede hacer mucho con decretos. Es necesario generar un consenso”.
Con un senado ajustadísimo (48 demócratas, 50 republicanos y 2 independientes que a los efectos electorales compiten dentro del flamante partido gobernante, Bernie Sanders y Angus King) Biden tendrá que trabajar mucho para que los republicanos no bloqueen la legislación, en particular porque los demócratas impulsaron el impeachment de Trump. Ya muchos han cuestionado la necesidad de otorgar mayor ayuda económica a la ciudadanía (el segundo cheque que aprobó el Congreso, recientemente, fue de USD 600) y se han manifestado contra el aumento del gasto federal.
Se espera que Biden también cree un camino a la ciudadanía para unos 11 millones de inmigrantes sin documentos; que devuelva el estatus legal —y reinstale también el camino a la ciudadanía— a cientos de miles que estuvieron bajo la protección de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) porque ingresaron ilegalmente mientras eran menores de edad, llevados por sus padres. “Probablemente también cubrirá a ciertos trabajadores esenciales de la primera línea, muchos de los cuales son inmigrantes”, agregó Cloud.
También se expandirán las pruebas de COVID-19, se acelerará la estrategia de vacunación y se impulsará la reapertura de escuelas y comercios. Biden “ordenará a las agencias de su gabinete que actúen de inmediato para brindar ayuda económica a las familias que sufren el grueso de esta crisis”, agregó Klain. Adicionalmente extenderá la política de “compra estadounidense” (una provisión para que los organismos gubernamentales compren bienes y contraten servicios realizados localmente), impulsará “la igualdad y el apoyo a las comunidades de color” y ampliará el acceso a los seguros médicos.
Aunque no está incluido en el memo de Klain, Mic informó que es probable que en sus primeras 24 horas en la Casa Blanca Biden cancele el permiso para el oleoducto Keystone XL, de más de 1.500 kilómetros, que había sido cancelado por los tribunales y fue una de las primeras órdenes ejecutivas que firmó Trump en 2017.
Por su parte, Psaki adelantó que la primera llamada que mantendrá Biden con un líder internacional será el próximo viernes, cuando hablará telefónicamente con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. En esa charla discutirán la “importante relación con Canadá” y la decisión del gobierno de Biden de detener la construcción del oleoducto de Keystone.
Entre otros temas que abordó durante la conferencia de prensa, la portavoz de Biden indicó que otro eje de la gestión del mandatario será “avanzar en la equidad racial y erradicar el racismo sistémico de los programas e instituciones federales”. En esa línea, aseguró que el presidente demócrata tendrá otra política respecto a la comunidad musulmana, en comparación con la aplicada por Trump.
En su primera comparecencia ante los medios locales, Psaki reveló el especial pedido que le hizo Biden de cara a su labor como secretaria de prensa: “El Presidente pidió que regresemos la verdad y la transparencia a esta sala (...) El Presidente trabaja para el pueblo. Yo trabajo para él y por lo tanto para el pueblo. Nuestro trabajo será traer de vuelta la verdad a la Casa Blanca y ofrecer información exacta a todos ustedes”.
“Habrá momentos donde entre nosotros veremos las cosas diferente. Es parte de la democracia. Es central reconstruir la confianza de los estadounidenses”, completó.