Fernandes: "Lo primero que hice al fichar por el United fue llorar"
Bruno Fernandes no fue un joven precoz y tardó en dar el salto a la élite. Ahora, lidera a un United que quiere mandar un mensaje en Anfield de que van a por la Premier.
Uno de los hombres sobre el que se pondrán los focos es Bruno Fernandes, flamante ganador del premio a mejor jugador del mes de diciembre con el que ha entrado en los libros de historia de la Premier League. El portugués se encuentra en un gran momento, siendo una de las principales causas del liderato mancuniano, y el domingo visitará por primera vez Anfield como jugador del United, en lo que será su primer partido contra el eterno rival como Red devil. Sus aficionados confían en él para dar un golpe sobre la mesa y empezar a creer que el trono de Inglaterra puede volver a ser suyo y el mundo del fútbol tendrá sus ojos en el dieciocho para ver si se trata de ese tipo de jugador que se crece en las grandes citas.
"En Italia tuve momentos donde solo quería dejarlo"
Así narra el propio jugador el momento en el que su carrera por fin daba ese paso adelante tan esperado. En un fútbol actual que nos tiene acostumbrados a que jóvenes con ni siquiera los 20 años cumplidos ya sean fichados por los grandes de Europa por cantidades desorbitadas, la historia de Bruno Fernandes es diferente. Con 17 años dejó la cantera del Boavista para firmar por el Novara donde intercalaría partidos entre el equipo primavera y la primera plantilla, que se encontraba en Serie B.
"Estaba solo con 17 años en un país nuevo. No hablaba el idioma y no conocía a nadie. Fue difícil, fue increiblemente difícil. Había momentos en los que solo quería dejarlo". Su fortaleza y mentalidad le serivieron para aguantar y crecer en Italia donde acabaría jugando en el Udinese y la Sampdoria antes de volver a su país de la mano del Sporting de Lisboa.
"Si mi padre no me hubiese inculcado esa mentalidad, no habría sobrevivido a Italia"
Bruno agradece esa mentalidad a su padre, el cual fue la voz crítica que necesitaba en su formación para no ser conformista y luchar siempre por mejorar. "Me gustan las críticas, porque te ayudan a mejorar y comprender que no puedes relejarte. Podría rodearme de personas que me dijeran siempre que sí, pero eso no es para mí. Esta mentalidad me viene de familia. De pequeño mi padre nunca estaba interesado en cuántos goles o asistencias había hecho, sino en mis errores y como podía ser más eficiente. Recuerdo un partido contra el Oporto sub-15 en el que a pesar de perder estaba jugando bien. Uno de sus entrenadores se acercó y dijo 'este chico va a ser futbolista', fue increíble pero no para mi padre que criticó mi actuación en el gol del Oporto".
Fruto de esta relación, cada vez que Bruno perdía un partido se obsesonaba con ello y se encerraba en su habitación sin querer comer. "Ese fue el comienzo de mi mentalidad, algunos la encontrarán un poco extrema, pero a mí me funciona. La necesito para sobrebvivir. Cuando tienes 15 años no es suficiente con tener talento o trabajar duro y ser fuerte, tienes que combinar todo y 'vivir el fútbol'. Si mi padre no me hubiese inculcado esa mentalidad, creo que no hubiese sido lo suficientemente fuerte para sobrevivir a Italia. No era un padre que me dijese después de los partidos 'has jugado increíble' porque el mundo real no funciona así".
Durante su etapa complicada en la Serie A su familia fue clave para que continuase perisguiendo su sueño y por ello la alegría les inundó a todos cuando firmó por el Manchester United. "Pensé en el tiempo cuando mi mujer era aún mi novia y la llamaba desde Italia para decirle que quería rendirme y ella me respondía 'No, no, no, esto es tu sueño'. Llamé a mi hermano con quien lloré también. Por su puesto llamé a mi padre, la persona que más me ha empujado en la lucha por mi sueño, mi mayor crítico constructivo y la persona que sacrificó todo para trabajar en el extranjero para traer dinero a la familia. Comenzó a llorar, no dijo nada, ni un comentario, solo lágirmas de mi padre, madre y mi hermana pequeña".
Ahora su padre ha pisado el freno y espera 24 horas para darle su "feedback" del partido, pero "para compensar" las críticas a Bruno le llegan desde su propia casa, concretamente de su hija Matilde de tan solo tres años. "Cuando ella era era muy pequeña y mi mujer y yo le decíamos que apartase sus juguetes ella se tapaba las orejas con las manos para hacer que no nos escuchaba, me hizo gracia y por eso empecé a celebrar los goles tapándome las orejas con las manos. Matilde lo ve en televisión y por ello si se me olvida hacerlo o las cámaras no lo muestran, en cuanto llego a casa me dice '¿Papi, por qué no lo has hecho?'. Quizás si un día gano el Mundial y no se me olvida taparme los oídos al marcar, me habré ganado por fin 48 horas de tranquilidad".
Todo el esfuerzo de Bruno Fernades le ha llevado al punto más importante de su carrera. Se encuentra en un increíble estado de forma siendo el tercer jugador de las cinco grandes ligas que más goles ha generado, once tantos y siete asistencias, y liderando a un Manchester United que empieza a soñar después de muchos años con volver a ganar la Premier.
Ese niño que discutía con su hermano mayor, aficionado del Barça, sobre quién sería mejor si Messi o Cristiano, que siempre apoyaba a su compatriota y que se compró una chaqueta del United por su ídolo, es ahora el hombre en el que todos los aficionados de los Red devils confían para conquistar Anfield. "Espero que yo pueda insipirar a las nuevas generaciones que nos ven desde las plazas de sus ciudades. Si piensan, 'nunca podré ser como Bruno', les puedo decir de manera sincera, 'Soy como vosotros, veía a Cristiano, soñando en ser como él, como vosotros nos véis ahora'.