El equipo nerazzurro batió merecidamente 2-0 a los bianconeri gracias a los golazos de Vidal y Barella. Actuación pésima para los de Pirlo.

Mirko Calemme
As
El derbi de Italia de esta noche nos deja dos certezas: la Juventus no ha resuelto sus problemas y el Inter tampoco tenía tantos. Los nerazzurri aniquilaron al campeón de Italia con un 2-0 que es hasta demasiado ajustado por lo que se vio en el césped, y que les deja en la cima de la tabla al lado del Milan, a la espera del enfrentamiento entre rossoneri y Cagliari de mañana.

Antes del saque de inicio, los tifosi en los alrededores del Meazza nos recordaron el ambiente que se vivía en noches como esta, con unos fuegos artificiales que lograron hasta retrasar el saque de inicio. En el calentamiento, Vidal le dio un beso en la camiseta a su excompañero Chiellini, justo donde aparece el escudo de la Vecchia Signora. Los hinchas nerazzurri no se lo tomaron nada bien en las redes sociales, pero el chileno respondió de la mejor manera, abriendo la lata con un cabezazo perfecto a pase de Barella. El ex del Barça no celebró su primer tanto liguero, pero demostró que el mensaje público de Conte (“Debe trabajar más”), le ha llegado.

Su actuación positiva fue la de todo el mediocampo milanés, extremadamente superior al de sus rivales. Pirlo dejó en el banquillo a Arthur, McKennie y Kulusevski, apostando por Rabiot y Ramsey, que acabaron sufriendo muchísimo la intensidad de los locales. La única señal de vida juventina, antes del descanso, fue un gol bien anulado a Cristiano por fuera de juego de Chiesa. Los de Conte, en cambio, desperdiciaron varias ocasiones para alargar su ventaja: la mejor fue para Lautaro, que disparó fuera a puerta vacía tras un rechace de Handanovic.

Dejar a la Juve con vida suele pasar factura, y el comienzo de la segunda parte parecía confirmarlo. Sin embargo, justo cuando los turineses intentaban cambiar el rumbo del partido, un genial pase largo de Bastoni activó el letal contragolpe de Barella, que fulminó a Szczesny como si fuera el mejor de los delanteros. El crecimiento del mediocampista italiano es impresionante.

Quedaban todavía 40 minutos, pero ese gol fue prácticamente un tiro de gracia para una Juventus incapaz de reaccionar. De hecho, estuvo más cerca el 3-0, que tuvieron cerca tanto Lautaro como un imparable Achraf. Conte, entonces, pudo celebrar por fin su primera victoria ante el que fue el equipo de sus amores, mientras que la derrota, durísima, promete días de polémicas para Pirlo, que marcha a siete puntos del primer puesto. Para apagarlas, el miércoles el Maestro tendrá que ganar su primer título como entrenador, la Supercopa ante el Nápoles. No será una misión sencilla.

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