Embiid y la revuelta de los pívots

El jugador camerunés acelera en la carrera por el MVP. Junto a él, Nikola Jokic, Durant y LeBron. Desde el año 2000, ningún pívot ha logrado alzarse con el premio.

Albert Sancho
As
El uno, el tres y el cinco. Esa ha sido, históricamente, la columna vertebral del baloncesto. Un esquema fluido, como la propia NBA, que ha mutado y permutado con el paso del tiempo. Si a mejor o a peor, ya es cosa de gustos. La aguerrida pintura, territorio de contienda sin trincheras en su día, ha sufrido el mayor éxodo de la historia. La era de los triples, del run and gun o del small ball se han materializado en una espinosa zona interior que empuja a salir de ella. Algunos la sufren, otros se adaptan y, los más avispados, le sacan partido. Selección natural.

Desde que Chris Ford anotara el primer triple de la NBA en 1979, han venido 472.611 más. Casi medio millón. Pasando de los 3.815 que se encestaron en la temporada 1980-81 a los 78.742 que se sumaron en la 2018-19, la más abundante de todas. ¿Qué sería de Boban Marjanovic en los años 80? O, incluso, en el baloncesto europeo, menos sometido a la tiranía de la velocidad y del tiro en largo. Son preguntas recurrentes. La segunda, puede llegar a tener respuesta; la primera, ya no. Y, desde hace varias temporadas, ya no se busca. O, al menos, algunos ya no lo hacen. Brook Lopez es uno de los mayores paradigmas de ello. El actual pívot de los Bucks no encestó su primer triple hasta la temporada 2014-15, su séptima en la mejor liga del mundo, y fue eso, uno solo, tras diez intentos. En la siguiente, fueron dos... y en la siguiente, 134, con un 34,6% de precisión. Pero no es necesario irse tan lejos para encontrar un caso similar. Marc Gasol, en sus primeras ocho temporadas, anotó 12 triples; en las dos siguientes, 213. Su caso es más paradigmático aún. Después de ese salto, ha vuelto a descender, aunque paulatinamente, anotando 23 y 57 en las temporadas 2018-19 y 2019-20, respectivamente. Es la viva muestra de lo que son hoy en día los cincos. Sobre todo, los más puros. Especímenes en extinción obligados a reinventarse continuamente para que Darwin no les juegue una mala pasada.

El uno, el tres y el cinco es un producto que, al alterar sus factores, cambia. En las últimas temporadas, y en casos muy particulares, el cinco se ha puesto por delante del uno. Al menos, en algunas zonas del campo. En su zona, sobre todo. El propio Marc, en la actual, es un retrato de ello. Pívots con alma de bases, con el mismo cartógrafo que los más pequeños, pero con unas características físicas que resuelven en una inmensidad de posibilidades. A veces, la solución es mirar hacia el futuro; otras, está en el pasado. 

El MVP, dos décadas huérfano de pívots

En medio de todo este embrollo de números, posiciones, triples y zonas, Jake Fisher, periodista de Bleacher Report, ha hecho pública una lista con los cuatro favoritos, hasta el momento, en la carrera por el MVP, según varios expertos de la NBA. LeBron James, Kevin Durant, Nikola Jokic y Joel Embiid son lo nombres. Doncic, Antetokounmpo... se unirán seguro; pero, de momento, son estos y, entre ellos, hay dos pívots. Atendiendo a la temporada, normal; haciéndolo a la historia, sorprendente. Desde el año 2000, ningún cinco ha sido capaz de alzarse con el reconocimiento. Desde un Shaquille O'Neal que dominó la pintura, y la liga, como muy pocos han hecho. En el qué y, sobre todo si miramos en el presente, en el cómo: buscando el contacto con el rival, el push y el giro, la parada tras bote, el gancho, reventando canastas - por qué no decirlo - y anotando sólo un triple en toda su carrera.

Antes de Shaq, hasta 24 MVP fueron a parar en manos de un center. En total, a lo largo de la historia de la competición, hasta el 38,46% de los premios han ido para ellos (Bill Russell, Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar...). El tiempo les ha sacado de la zona y de la terna. Un hecho que aún eleva más el significado del papel de Jokic y Embiid. Sin desmerecer el de todos los anteriores, y presentes, que también han participado en la revuelta. De esta lucha por el terreno perdido.

El serbio y el camerunés son tan genios como distintos. Uno representa la bohemia, el andar calmado del artista, la pincelada a destiempo que lo armoniza todo. El otro, algo más parecido a la esencia. El dominio y la fuerza desmedida. El hueco que el pasado se ha hecho en un presente que reniega de sus raíces. El primero, el mayor exponente de esos pívots con alma de bases (algunas veces, incluso, de quarterback), está promediando 25,2 puntos, 11,8 rebotes y 8,9 asistencias. El segundo, otros 27,7 tantos, 11,1 rebotes y 2,8 pases de canasta.

Joel Embiid, el capitán de la revolución

"Es un gran equipo y tienen un gran jugador (Embiid) que juega un estilo old school en ataque. Es un partido que he disfrutado. Luchando y batallando en el poste, es un gran enfrentamiento y me ha encantado jugar contra Joel a lo largo de mi carrera. Ellos hicieron un gran trabajo para darle la pelota de diferentes formas", declaró Marc Gasol tras la derrota de los Lakers frente a los Sixers (107-106). El partido entre dos de las mejores franquicias hasta el momento. Los Ángeles Lakers, el equipo que estaba dejando las sensaciones más brillantes hasta el momento, se encuentra tercero en el Oeste, con un récord de 14-6. Philadelphia, de dulce, lidera el Este con un 13-6.

Daryl Morey puso las piezas y Doc Rivers las está encajando a la perfección. "En la segunda parte siguieron alimentando a Embiid y encontrando a otros a partir de ahí. Saben a través de quién van a jugar y cómo van a hacerlo y están cómodos con eso. Lo revisaremos y mejoraremos", explicaba también Marc tras el mismo partido. Las flaquezas de los Sixers eran conocidas por todo el mundo, un totum revolutum descompensado, sin tiro exterior y con dos estrellas por conectar. Con Danny Green, Seth Curry y compañía todo cambia. Joel genera los espacios o él mismo se los come. De dentro hacia fuera o de dentro hacia dentro, pero ahora casi siempre se encuentra una salida. "Ofensivamente, es dominante. Está pasando el balón muy bien fuera del poste, haciendo las lecturas correctas. Creo que tenemos a las personas adecuadas en este equipo para hacerlo, para ayudarlo", dijo Ben Simmons tras la victoria frente a los Detroit Pistons (114-110). El abc del baloncesto y el de los pívots más clásicos, de los que Embiid es, más o menos, representante.

Hace escasos días, el pívot camerunés fue nombrado jugador de la semana de la Conferencia Este por quinta vez en su carrera. Por el camino, ha ido dejando marcas de las que asustan: frente a los Cavaliers, anotó 36 puntos en tres cuartos, algo que no hacía nadie en los Sixers desde Allen Iverson, en 2006. Está en su mejor marca de anotación. Por primera vez en mucho tiempo, el contexto le favorece y él se lo devuelve y, una vez más, Larry Brown, Iverson y Dikembe Mutombo vuelven a la memoria. Este último, otro que tal. 

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