El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, anunció que renunciará el martes para buscar formar un nuevo gobierno
Estaba previsto que esta noche se celebrara un Consejo de Ministros, pero la imposibilidad de garantizar el suficiente respaldo parlamentario al Ejecutivo para tener una mayoría estable en el Senado habrían precipitado la decisión del funcionario
Estaba previsto que esta noche se celebrara un Consejo de Ministros, pero la imposibilidad de garantizar el suficiente respaldo parlamentario al Ejecutivo para tener una mayoría estable en el Senado habrían precipitado la decisión de Conte, que ha trasladado la reunión a la mañana del martes.
En la cita, Conte trasladará a los ministros intención de dimitir y luego presentará su decisión al presidente Sergio Mattarella con la intención, según fuentes del diario ‘Il Corriere della Sera’, de que le encargue de nuevo la formación de un nuevo gobierno, que sería el tercero bajo su mandato.
Conte deberá apuntalar el apoyo a su coalición, conformada por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S), el Partido Demócrata (PD) y los izquierdistas de Libres e Iguales. La alianza, no obstante, quedó muy debilitada, especialmente en el Senado, por la salida de la Italia Viva (IV) de Matteo Renzi, que ha puesto al Gobierno ante el precipicio por su desacuerdo con el reparto de los fondos europeos en el Plan de Recuperación contra la pandemia.
Desde el partido conservador italiano Forza Italia, su líder, Silvio Berlusconi, ha planteado la opción de un gobierno de “unidad nacional” con el Movimiento 5 Estrellas o, como alternativa, la convocatoria de elecciones anticipadas como salida a la crisis política que vive el país.
En tanto, el propio Movimiento Cinco Estrellas, principal sustento de Conte, considera que la formación de una nueva mayoría y un tercer gobierno de Conte, el conocido en la prensa como ‘Conte ter’ “es la única solución a la crisis”. “La transición al llamado ‘Conte ter’ es ahora inevitable y es el único resultado de esta nefasta crisis. Los portavoces parlamentarios del M5S, Davide Crippa y Ettore Licheri, describieron a la situación como “un paso necesario para la ampliación de la mayoría”.
Cronología de un salto al vacío
Renzi consumó su amenaza de abandonar la coalición el 13 de enero, retirando su apoyo clave, lo que obligó al primer ministro a acudir al Parlamento para comprobar si contaba con apoyos suficientes, pues en el sistema de bicameralismo perfecto italiano se debe controlar tanto la Cámara de Diputados como el Senado.
El pasado lunes obtuvo la mayoría absoluta en la primera pero se quedó con la mayoría simple en la Cámara Alta, y todo a pesar del apoyo de un conjunto heterogéneo de legisladores del Grupo Mixto y de varios militantes díscolos de otras formaciones.
Conte se salvaba por la mínima pero quedaba muy debilitado, sobre todo porque su éxito “relativo” en el Senado era gracias también a los senadores vitalicios, que rara vez acuden a las sesiones cotidianas para votar o enmendar leyes.
El espinoso informe Bonafede
En cualquier caso esta victoria daba cierto margen de tiempo al primer ministro para reforzarse con estos nuevos apoyos externos, los conocidos como “responsables”, que deberían integrarse en un nuevo grupo que sirva al Gobierno de muleta, de “cuarta pata”.
Pero ese plazo se agota ante una importante sesión esta semana en la que se votará la gestión del titular de Justicia, Alfonso Bonafede, exponente del Cinco Estrellas y mentor en la política del propio Conte, su profesor de Derecho en la Universidad de Florencia.
El ministro ha sido muy cuestionado por su reforma de la prescripción, por el estado de las prisiones o por la excarcelación de mafiosos al inicio de la pandemia, por lo que seguramente el Parlamento le rechazará, sobre todo IV y la oposición de derechas.
Y así el Gobierno quedaría en minoría y constataría su debilidad en el Legislativo, reabriendo las cicatrices de una crisis política que no acaba de cerrarse.
Está previsto que la sesión tenga lugar el miércoles aunque la fecha no se sabrá hasta el día anterior y no se excluyen eventuales retrasos.
En busca de una mayoría
El “no” al ministro sería un duro golpe a la continuidad del Gobierno y por eso todos los esfuerzos están puestos en reunir esos nuevos apoyos, tal y como el propio Conte se comprometió a hacer ante un preocupado jefe del Estado, Sergio Mattarella.
No obstante la búsqueda de esa “cuarta pata” no está siendo tan fácil cómo se creía, habida cuenta de que algunos que le respaldaron se están echando atrás por su animadversión hacia Bonafede.
También se estaba tanteando a los tres senadores del partido Unión de Centro, de inspiración democratacristiana, pero todo ha quedado en papel mojado después de saber que su líder, Lorenzo Cesa, está siendo investigado por colaborar presuntamente con la mafia.
Conte tiene de plazo hasta el miércoles y, por el momento, los números no alcanzan para lograr una mayoría absoluta.
La apertura del “Renzismo”
Entretanto Renzi, hábil jugador del damero político y autor de la crisis, trata de mantener el orden en sus filas ya que muchos de sus 29 diputados y 18 senadores, escindidos del PD, no ven con buenos ojos esta brecha abierta en el peor momento.
De hecho, se empiezan a lanzar señales de apertura a un nuevo apoyo al Gobierno que resolvería sin duda la situación. El conjunto de sus parlamentarios emitieron un comunicado pidiendo diálogo y una solución política a las desavenencias que suscitaron la ruptura.
Pese a todo, el primer ministro no quiere ni oír hablar de Renzi.
El PD parece el partido de la coalición más tendente al diálogo. Su exponente, Francesco Boccia, ministro de Asuntos Regionales, no excluyó hoy negociar con Renzi pero “sin extorsiones”.
Y el portavoz de los diputados demócratas, Graziano Delrio, pidió hoy en declaraciones al diario “Avvenire” evitar “rencores” y crear “una mayoría muy sólida” con fuerzas europeístas y reformistas.