El Barça se abona al sufrimiento

El equipo de Koeman es incapaz de concretar su dominio y acaba pidiendo la hora ante el colista por su incapacidad para definir. Marcó De Jong a pase de Messi.


Santi Giménez
As
Que el Barça ha venido a sufrir a este 2021 quedó claro en Huesca. Pocas veces un equipo tan superior al rival como fue el Barça ofreció tanta sensación de canguelo como el conjunto blaugrana en su visita al colista. Ganó el conjunto culé por 0-1 en un partido en el que los de Koeman combinaron dos sensaciones antagónicas que sólo se dan en este equipo: pedir la hora en un partido que podría haber acabado en goleada a su favor.

El Barça salió a jugar su primer partido del año con la intención de cambiar las cosas y olvidar la pesadilla del 2020. El calendario le ponía en bandeja hacer realidad el propósito de año nuevo de aplastar al rival inferior, y el Huesca es muy inferior a los de Koeman, que saltaron al campo sin Griezmann, que sigue pagando los pecados del último año, tirándose a la yugular del equipo de Míchel, que sufrió una primera parte de asedio absoluto.

La mejora del Barcelona en actitud e intimidación no estuvo acompañada del don de la efectividad, para desespero de un Koeman que vio como un partido que era un abuso en su inicio no se reflejaba en el marcador. Álvaro, el portero local, tuvo buena parte de culpa de que el técnico del Barça se pusiera de los nervios en la banda. Le sacó un balón de gol cantado a Pedri a los siete minutos y más tarde haría una de las paradas del año a un lanzamiento de falta de Messi. Más allá de estas ocasiones, Dembélé fallaba en la suerte final y de nuevo Pedri desperdiciaba una ocasión en un remate de cabeza que se le fue alto. A los 20 minutos, un partido que el Barcelona debía tener resuelto, seguía empate a cero. Y Koeman, que lleva semanas avisando que no se puede perdonar, se veía venir el panorama de siempre.

Fue en ese momento cuando quedó claro que este equipo necesita un finalizador. Este mismo partido, con Ansu en el campo hubiera durado 25 minutos, pero si Pedri definiera todas las que le llegan, sería Kubala. Y de momento, sólo es el mejor del equipo en la creación.

La banda izquierda del equipo blaugrana, con Pedri al mando y Alba y Dembélé en la percusión era una tortura para los oscenses. No obstante, en una obra de gobierno muy de nuestro tiempo, todas las promesas del Barça por la izquierda se vieron concretadas desde la derecha cuando en el minuto 27 De Jong cazó una asistencia de ‘quarterback’ de Messi para marcar el primer tanto del partido.

Mereció más el Barça en la primera parte ante un Huesca que lo mejor que sacó del primer acto fue el resultado. La única ocasión de los locales fue una cesión envenenada de Busquets a Ter Stegen que seguramente, en el 2020 hubiera acabado en gol, pero en algo debe de notarse el cambio de año.

La buena noticia para el Huesca era la mala para un Barça que era consciente que podía tener el partido archivado desde hacía mucho tiempo. Por tanto, todo dependerá del siguiente gol. El Barça no lo encontraba y dejaba margen al Huesca para dar sustos como el de Mikel Rico a los 63 minutos a la salida de un saque de esquina que Ter Stegen conjuró. El Barça volvía a dar la sensación de jugar con fuego porque a medida de que corría el cronómetro, el 1-0 se hacía más pequeñito, especialmente si Álvaro seguía de dulce ante Messi, al que le sacó un remate brutal en el minuto 67.

A partir de ahí, el Barça vio como lo que podría haber sido una goleada se convirtió en un parto en el que el equipo blaugrana acabó jugando contra sus fantasmas porque, aunque haya cambado el año, ha venido al mundo a sufrir. Y lo que le queda.

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