Cómo se propaga la nueva cepa del coronavirus: esto es lo que saben los científicos
Una forma más contagiosa del virus ha comenzado a circular en Estados Unidos
Una variante que se propaga con mayor facilidad también quiere decir que la gente necesita adherirse religiosamente a las precauciones como el distanciamiento social, el uso de las mascarillas, la higiene de las manos y una mejor ventilación, noticia poco grata para muchos estadounidenses que ya se están resistiendo a las restricciones.
“En conclusión, todo lo que hagamos para reducir la transmisión reducirá la de cualquier variante, incluida esta”, opinó Angela Rasmussen, experta en virus afiliada a la Universidad de Georgetown. Sin embargo, “podría significar que las medidas más focalizadas distintas a un cierre de emergencia total no serán tan eficaces”.
¿Qué quiere decir que esta variante sea más transmisible? ¿Por qué esta variante es más contagiosa que previas versiones del virus? Y, ¿por qué deberíamos preocuparnos de una variante que se propaga con más facilidad pero que no parece enfermar más a nadie?
Consultamos con expertos para que comentaran sobre la investigación en desarrollo de esta nueva versión del coronavirus.
Parece que la nueva variante se propaga con más facilidad entre la gente.
Muchas variantes del coronavirus han surgido de la nada desde que comenzó la pandemia. Sin embargo, toda la evidencia recabada hasta ahora sugiere que el nuevo mutante, llamado B.1.1.7, se transmite con mayor facilidad que las formas previas. La primera vez que surgió fue en septiembre en el Reino Unido, pero ya representa más del 60 por ciento de los nuevos casos en Londres y zonas aledañas.
Parece que la nueva variante infecta a más gente que las primeras versiones del coronavirus, aunque los medioambientes sean los mismos. No queda claro por qué la variante tiene esta ventaja, aunque hay indicios de que podría infectar las células con mayor eficiencia.
Es difícil decir con exactitud qué tanto más transmisible podría ser la nueva variante, porque los científicos todavía no han hecho el tipo de experimentos necesarios en los laboratorios. Se ha llegado a la mayoría de las conclusiones a partir de observaciones epidemiológicas y “hay muchos sesgos posibles en todos los datos disponibles”, advirtió Muge Cevik, experta en enfermedades infecciosas de la Universidad de St. Andrews en Escocia y asesora científica del gobierno británico.
En un inicio, los científicos estimaban que la nueva variante era un 70 por ciento más transmisible, pero un modelado reciente delimitó esa cifra a un 56 por ciento. Una vez que los investigadores escudriñen todos los datos, tal vez resulte que la variante sea tan solo entre un 10 y un 20 por ciento más transmisible, mencionó Trevor Bedford, biólogo evolutivo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle.
Aun así, según Bedford, es probable que progrese rápido y en marzo se vuelva la forma predominante en Estados Unidos. Los científicos como Bedford están rastreando de cerca todas las nuevas variantes para detectar cualquier cambio futuro que pudiera alterar su comportamiento.
Aunque es más transmisible, la variante se comporta como versiones anteriores.
El nuevo virus mutante tal vez se propague con mayor facilidad, pero no parece ser muy distinto a sus predecesores en el resto de los aspectos.
La variante no parece enfermar más a la gente o provocar más muertes. No obstante, sí hay motivos para estar preocupados: una variante más transmisible aumentará el número de víctimas fatales simplemente porque se propagará más rápido e infectará a más personas.
“En ese sentido, tan solo es un juego de números”, opinó Rasmussen. El efecto se amplificará “en lugares como Estados Unidos y el Reino Unido, donde los sistemas de atención médica en verdad están en su punto más álgido”.
Las vías de transmisión —por medio de gotas grandes y pequeñas, así como diminutas partículas en forma de aerosol a la deriva en espacios interiores llenos de gente— no han cambiado. Esto quiere decir que usar mascarillas, limitar el tiempo de exposición con otras personas y mejorar la ventilación en espacios interiores nos ayudará a todos a contener la propagación de la variante, como lo hacen estas medidas con otras variantes del virus.
La infección con la nueva variante podría aumentar la cantidad de virus en el cuerpo.
Evidencias preliminares del Reino Unido sugieren que la gente infectada con la nueva variante suele ser portadora de mayores cantidades del virus en la nariz y garganta que las personas infectadas con versiones anteriores.
“Estamos hablando de un rango de entre 10 a 10.000 veces mayor”, señaló Michael Kidd, virólogo clínico de Salud Pública Inglaterra y asesor clínico del gobierno británico que ha estudiado el fenómeno.
Hay otras explicaciones para el hallazgo: por ejemplo, Kidd y sus colegas no tenían acceso a información relacionada con el momento en que se les hizo la prueba a las personas enfermas, lo cual podría afectar la denominada carga viral.
No obstante, el hallazgo sí ofrece una posible explicación para determinar por qué la nueva variante se propaga con más facilidad. A mayor cantidad de virus en la nariz y garganta de la gente infectada, más cantidad puede expulsar al aire y a superficies cuando respira, habla, canta, tose o estornuda.
Como resultado, en las situaciones en las que la gente se expone al virus hay una mayor probabilidad de esparcir nuevas infecciones. Nuevos datos indican que las personas infectadas con la nueva variante propagan el virus a más de sus contactos.
Con versiones previas del virus, el rastreo de contactos sugería que alrededor de un diez por ciento de la gente que hubiera tenido contacto cercano con una persona infectada —a menos de 2 metros de distancia durante al menos 15 minutos— habría inhalado suficiente virus para haberse infectado.
“Con la variante, podríamos esperar un quince por ciento”, comentó Bedford. “En este momento, las actividades riesgosas se vuelven más riesgosas”.
Los científicos siguen aprendiendo sobre los cambios que le han provocado las nuevas mutaciones al virus.
La variante tiene 23 mutaciones, en comparación con la versión que brotó hace un año en Wuhan, China. No obstante, diecisiete de esas mutaciones aparecieron de repente, después de que el virus se desvió de su ancestro más reciente.
Cada persona infectada es un crisol que le ofrece oportunidades al virus de mutar conforme se multiplica. Con más de 83 millones de personas infectadas en todo el mundo, el coronavirus está amasando mutaciones más rápido de lo que esperaban los científicos al inicio de la pandemia.
La gran mayoría de las mutaciones no le dan ninguna ventaja al virus y desaparecen. Sin embargo, las mutaciones que mejoran la resistencia o la capacidad de transmisión del virus tienen una mayor probabilidad de progresar.
Al menos una de estas diecisiete mutaciones nuevas en la variante contribuye a que sea más contagioso. Se sigue desconociendo el mecanismo. Algunos datos sugieren que la nueva variante podría pegarse más fuerte a una proteína en la superficie de las células humanas, lo cual le permitiría infectarlas con mayor facilidad.