Cabalgata blaugrana
Partidazo de Messi, que hizo un doblete y disparó dos veces al palo, y de Pedri, que empató de cabeza el gol inicial de Williams y llama a la Selección.
Arrancó el Barça el partido en San Mamés como los acababa la temporada pasada, naufragando. El curso pasado el equipo barcelonista acabó sus dos últimas visitas a San Mamés hincando la rodilla en el último minuto, primero por un golazo de Aduriz y luego con uno en propia puerta de Busquets. Como si no hubieran pasado meses desde entonces, el escenario de entrada en La Catedral fue idéntico.
A los dos minutos, una cabalgada de Iñaki Willams retrataba a la defensa barcelonista en conjunto con mención especial a Lenglet y batía a Ter Stegen. Se iniciaba así un partido que en su inicio parecía que iba a ser una tortura para los barcelonistas, absolutamente sonados de salida.
El Athletic jugaba dos velocidades por encima de los blaugrana, asediaba el área del portero visitante mediante picotazos del propio Williams o de Muniain. El Barça, por su parte, veía como la historia tan repetida en los últimos partidos llevaba camino de repetirse: un error de concentración, empezar perdiendo y un ejercicio de impotencia.
Pero esta vez aparecieron dos secundarios de lujo para cambiar el escenario. Primero fue Demebélé, que como juega otro partido diferente al resto de 21 jugadores es impredecible. El francés rompió a la defensa vasca con sus cabalgadas y dio oxigeno a un Barça en el que emergió Pedri, un escándalo de futbolista que cada día crece más.
El canario empató el partido al filo del cuarto de hora al ir a buscar un balón que se perdía por la línea de fondo y que recuperó de Jong ante la sorpresa de la defensa del Athletic, que quiso compensar la caraja de la de sus rivales en los minutos iniciales.
A partir del empate, el Barça fue creciendo y al Athletic le entraron las dudas. Dembélé era una pesadilla para su marcador y Pedri puso la magia con una asistencia de espaldas pisando el balón que permitió a Messi rematar a portería vacía y poner a los de Koeman por delante. El argentino lo celebró señalando a Pedri, el nuevo socio que hoy por hoy supone el mejor argumento para que leo se quede en el Barça.
Tuvo el Barça ocasiones para ampliar la ventaja, pero Unai estuvo inspirado ante Griezmann, que recuperó la titularidad con buen tono relegando a Braithwaite al banquillo y luego tuvo suerte de que un disparo de Messi a pase del francés se fuera lamiendo el palo.
El Barça había arreglado un inicio desastroso y ahora le faltaba mantener el tipo ante el Athletic, al que perdonó en el tramo final de la primera mitad.
El partido se retomó con las coordenadas de la primera parte y Araújo tuvo que salvar el gol del empate de Williams, pero el Barça recuperó el control gracias a Messi. En el 53 le anularon un gol por un fuera de juego de centímetros, seis minutos después disparó a la cruceta y a los 62 marcó el tercero a pase de Griezmann. El Barça carburaba como nunca en mucho tiempo y además sonreían en el campo y en el banquillo.
Un error impropio de Messi en el último minuto del partido, regalando un balón que Muniain convirtió en el 2-3, dio emoción a un partido que el Barça fue, de nuevo, incapaz de acabar tranquilamente.