Suecia cambia el rumbo en la gestión de la pandemia

Las autoridades del país se han visto obligadas a recular ante el notable aumento de las muertes y al colapso de los hospitales.

As.com
El modelo sueco para gestionar la pandemia siempre ha estado en el punto de mira. El país nórdico delegó en la responsabilidad ciudadana la toma de decisiones y optó por no imponer ningún tipo de restricción a sus habitantes.

Incluso el principal asesor del Gobierno, Anders Tegnell, declaró que el uso de la mascarilla no era necesario. Pero ahora, ante la mala evolución de la epidemia en dicho territorio, las autoridades suecas se han visto obligadas a recular debido al notable aumento de las muertes y al colapso de los hospitales. 

Recomendación de mascarilla

Una de las nuevas disposiciones ha sido la recomendación para utilizar la mascarilla en hora punta. Johan Carlson, director de la Agencia de Salud Pública sueca, explicó que "no creemos que vaya a tener un efecto muy decisivo, pero puede tener un efecto positivo en el transporte público en determinados momentos".

El Ejecutivo también ha anunciado el cierre de lugares de trabajo públicos no esenciales, como gimnasios, piscinas y bibliotecas. Asimismo, se ha solicitado a los ciudadanos que limiten las reuniones a ocho personas, aunque no hay sanciones por infringir las normas.

Reprendida incluso por la realeza

La tasa de mortalidad per cápita de Suecia es la más alta entre los países de su entorno, puesto que acumula casi 8.000 decesos. Aunque esta cifra es sensiblemente inferior a la de otras naciones europeas como Reino Unido, España, Francia o Bélgica.

La gestión realizada por Suecia se ha observado habitualmente con lupa. Ha sido reprendida tanto por una comisión independiente como por la propia realeza. El rey Gustavo aseguró que la estrategia del país había "fracasado".

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