¿Qué pasa con Bale?

El soñado tridente que se esperaba que formase el galés con Son y Kane está por eclosionar. Mourinho le ha dejado en el banquillo en los choques ante City y Chelsea.

Fernando S. Tavero
As
La llegada de Gareth Bale al Tottenham descorchó la ilusión Spur y el galés parecía al fin salir del barbecho de su última etapa en el Real Madrid. Sin embargo, dos meses después, el gas y el jolgorio inicial han entrado en recesión. A su aterrizaje hubo de superar unos problemas en la rodilla que le hicieron reacondicionar su encaje con paciencia. Su primer encuentro supuso un varapalo (entró con 0-3 ante el West Ham para ver cómo los Hammers acabarían empatando a tres), pero poco a poco fue ganando minutos e importancia y los aficionados soñaban, al ver el estupendo inicio de temporada de Son y Kane, con el imparable tridente que formarían los tres. De momento, el sueño no se ha hecho realidad y en los últimos encuentros, los más importantes en los que el de Cardiff ha estado disponible, Mourinho le ha dejado en el banquillo.


Manchester City y Chelsea suponían dos pruebas para comprobar el carácter ignífugo de este nuevo Tottenham y el conjunto londinense las ha pasado. Además, se puede decir que con nota. A los Citizens los desarbolaron en el Tottenham Hotspur Stadium (2-0), mientras que a Lampard y sus hombres le mojaron la pólvora en Stamford Bridge (0-0). En ambos encuentros hubo un punto común, Bale se quedó en el banquillo.

Bergwijn, el elegido

El extremo no se ha tomado sus suplencias con mal humor y se le pudo ver bromeando y transmitiendo buenas sensaciones en el banquillo con sus compañeros, pero sorprende que el '9' no haya disfrutado de minuto alguno en los dos primeros retos mayúsculos de la temporada. Mourinho optó por un planteamiento cimentando en la presión alta. Incomodar la salida del balón del rival para, una vez recuperado el esférico, matar al contraataque. Steven Bergwijn, mucho más esforzado en tareas defensivas, fue el elegido para completar el tridente.

Contribución escasa

Prescindir de un futbolista como Bale en encuentros donde un gol es oro puro puede parecer pretencioso, pero, hasta ahora, Gareth no ha logrado acompañar su buena actitud con estadísticas. En los diez partidos en los que ha estado disponible, ha jugado siete y formado parte del once en cinco de ellos. Sin embargo, cuatro de ellos corresponden a la Europa League, habiendo sido de la partida solamente en la victoria ante el West Bromwich (0-1) en la Premier. Además, ya sea por no estar al 100 por cien o por decisión técnica, el galés todavía no ha logrado jugar los 90 minutos en ningún encuentro.

En lo que a números se refiere, algo que suele acompañar a nuestro protagonista, ha logrado un tanto en los 369 minutos que acumula, por ninguna asistencia. El cabezazo contra el Brighton, decisivo ya que supuso el 2-1 final, ha sido su única aportación goleadora hasta el momento. Ha dejado destellos y actitud, así como no se dudan de sus aptitudes, pero el puzle no termina de encajar y Mourinho, el gran valedor para su vuelta, ya ha optado por opciones más frescas cuando las cosas se han puesto serias.

El Madrid, atento

De hecho, Bale no juega un partido completo desde el 4 de enero, cuando el Madrid ganó en Getafe (0-3). Aunque ese día, el extremo evidenció la patente desconexión con el equipo y apenas tuvo incidencia en el juego. Los brotes verdes mostrados al comienzo de la 2019-20, donde regaló buenas actuaciones, coronadas por un doblete al Villarreal que salvó un empate (2-2), fueron sesgándose con el paso del tiempo y la situación del galés se hizo insostenible. Zidane, que ya le indultó tras el "si se va mañana, mejor", terminó por decir, al menos, hasta luego, a uno de sus mayores quebraderos de cabeza desde su retorno al banquillo blanco.

La vuelta del hijo pródigo no está siendo todo lo positiva que aventuraban las sonrisas del aterrizaje y veremos si este impasse es anecdótico o si, por el contrario, supone el inicio de una pérdida de confianza de Mourinho en Gareth. Nada apunta hacia el descontento del entrenador o del jugador, pero el tiempo será el que, como siempre, ejerza de juez, jurado y veremos si verdugo. En el Real Madrid permanecen atentos a la situación, pues a final de año el jugador volverá a la capital española. Una revalorización hubiera facilitado una posible venta futura, aunque fuese a la baja por entrar en último año de contrato, por lo que el Tottenham no es único que aboga por el renacimiento de Bale.

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