Pusineri a la cabeza

El técnico de Independiente se juega el puesto contra Boca. Como en el 2002 tendrá que apelar a su testa pero esta vez no para llegar al gol sino para cranear una estrategia que le permita afianzarse en el cargo. La cúpula dirigencial y Burruchaga se reúnen el lunes para tratar su futuro.

Olé

El 24 de noviembre de 2002, su cabeza se convirtió en un símbolo en sí mismo, casi disociada de la persona. Porque en el fútbol argentino cuando alguien menciona a "el cabezazo de Pusineri" se sabe de qué se habla. Esa acción frente a Boca, la más importante de su carrera como jugador, tiene mucho que ver en la actualidad. Y es que el actual entrenador dirige a Independiente porque recorrió su camino y acumuló méritos en su paso por Colombia (dirigió a Cúcuta y Deportivo Cali), por supuesto, pero sobre todo por aquel testazo que lo unió eternamente con el Rojo. Este domingo, contra el mismo rival aunque con otras urgencias, necesita nuevamente de su cabeza. Esta vez para cranear una estrategia que le permita afianzarse en el cargo y evitar que ruede la suya.


Y es que su posición cambió en cuestión de días. La seguridad con la que los dirigentes, en las voces de Pablo Moyano y Yoyo Maldonado (vice y secretario, respectivamente), aseguraron que iban a ofrecerle renovar el contrato ya no es tal. La eliminación de la Sudamericana a manos de Lanús, con errores no forzados vergonzosos, generó incertidumbre respecto a la continuidad del DT en el banco de suplentes. Y no tanto por las críticas de los hinchas -que existen aunque en general no lo tienen como principal apuntado-, sino por la fría relación con el manager Jorge Burruchaga y por haber sumado una nueva frustración deportiva al quedarse sin chances de conquistar su principal objetivo. De hecho el lunes habrá cónclave entre popes y Burru para hablar justamente de Pusineri.

A favor del entrenador, el Boca al que se enfrenta no es ni el temible equipo del Maestro Tabárez que amenazaba con arrebatarle el título en 2002. Ni siquiera es el titular que piensa en la Libertadores y en dar vuelta la serie contra Racing. Miguel Ángel Russo pondrá un 11 repleto de suplentes y apunta todos sus cañones a la Copa, a pesar de que si el miércoles se queda afuera no tendrá más alternativa que ir a fondo por el campeonato local. Y si no obtiene un buen resultado frente al Rojo le será difícil revertir su suerte en el grupo A de la Zona Campeón.

Para que eso suceda, en Avellaneda el tema sigue siendo la cabeza. La que está en riesgo de Pusineri y la que deben cambiar sus jugadores, que otra vez no dieron la talla y deberán volver a focalizarse en la Copa Diego Armando Maradona, la única chance del Diablo de entrar a la Libertadores.


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