La triste noticia que sacudió a la reina Isabel II
Su perro Vulcan, de 13 años, murió en el Castillo de Windsor, donde la monarca reside desde el comienzo de la pandemia de coronavirus. Ahora, a la soberana del Reino Unido solo le queda un canino: Candy
La muerte se produjo hace unas semanas pero recién se conoció públicamenye ayer. La triste noticia sacudió a la Reina, quien pasará la Navidad en Windsor junto a su marido, el príncipe Felipe de Edimburgo, y su ahora único perro, Candy (también un dorgi). El resto de los integrantes de la familia real no acudirá a la residencia ubicada en el condado de Berkshire.
Se calcula que la monarca ha tenido unos 30 perros de raza corgi a lo largo de su reinado, que comenzó en 1953. El último de ellos fue Willow, quien debió ser sacrificado en 2018 a causa de un cáncer.
El primer perro fue una hembra, Susan, que le regalaron a sus 18 años, cuando aún era princesa. Willow era descendiente directo de Susan, lo que constituye 14 generaciones de su primera mascota.
El fallecido Vulcan y Candy son provenientes de una línea de dorgis introducida a la familia real luego de que el perro salchicha de la princesa Margarita, Pipkin, fuera cruzado con uno de los caninos de Isabel.
En 2015, la soberana de 94 años tomó la decisión de dejar criar tanto corgis como dorgis, ya que, supuestamente, no quiere dejar ninguno después de su muerte, según indica Vanity Fair.
La muerte de Vulcan se produjo pocos días después de que Kate Middleton y el príncipe Guillermo perdieran a otra mascota real: el perro Lupo, de 9 años de edad.
Lupo era un cocker spaniel negro que la pareja recibió como regalo de parte del hermano de Kate, James Middleton. “Muy tristemente, el fin de semana pasado, nuestro querido perro, Lupo, falleció”, comunicaron los duques de Cambridge en su cuenta oficial de Instagram. “Estuvo en el corazón de nuestra familia durante los últimos nueve años y lo extrañaremos mucho”, manifestaron.
Hace poco menos de un mes, la reina hizo su primera aparición pública con mascarilla desde que comenzó la pandemia de coronavirus, cuando asistió a una breve ceremonia en la Abadía de Westminster para conmemorar el centenario de la tumba al Soldado Desconocido (soldados que murieron en tiempo de guerra sin haber podido ser identificados).
Aunque la monarca ya había aparecido en público en varias ocasiones en los últimos meses, hasta ese momento nunca se la había visto con tapabocas.
Isabel aprovechó su no habitual viaje a Londres para visitar el Palacio de Buckingham, su residencia oficial en la capital británica.