La Atalanta sabe sufrir para clasificarse a octavos
El Ajax, inofensivo durante todo el partido, sucumbió ante una Atalanta maduro e inteligente. Klaassen tuvo un mano a mano que falló y Muriel, cinco minutos más tarde, no.
Los locales en la primera parte fueron tan decepcionantes como previsibles. Acumularon posesión sin sentido y sin peligro. Estudiaron para un 6 y querían sacar un 9. Tuvieron demasiado miedo de recibir un gol y los minutos pasaban entre pelea y pelea de Brobbey con Romero. El joven delantero no se cansó de esperar de espaldas a portería, proteger el balón y forzar faltas. Y ningún equipo encontró la forma de hacer daño al rival más que en una ocasión. La Atalanta a través de la zurda de De Roon y el Ajax con la cabeza de Brobbey, ambos sin suerte.
A la hora de partido, cuando el Atalanta amenazaba más que nunca a través del Papu Gómez y Pessina, Ten Hag recurrió a la acumulación de delanteros a la desesperada. Promes, que no es ni la sombra de lo que fue la temporada pasada, se colocó como falso lateral izquierdo y Huntelaar (37 años) de nueve. Klaassen tuvo un mano a mano, remató como no puede hacer un jugador de la categoría que se le presupone, y todas las buenas sensaciones que estaban sobrevolando Ámsterdam se desvanecieron con la roja que vio Gravenberch por un manotazo al Papu. Cinco minutos después, la precipitación del Ajax permitió a Muriel aprovechar el espacio para marcar y clasificar a la Atalanta para los octavos de final.