Gobierno prevé cerrar el 2020 con una contracción del PIB en 8,4% y una tasa de inflación del 1,1%

La Paz, Erbol 
El Ministro de Economía y Finanzas Públicas (MEFP), Marcelo Montenegro, y el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Edwin Rojas, suscribieron este lunes el Programa Financiero 2020-Segunda Revisión, con la finalidad de encarar el compromiso de reconstruir la economía del país. Según un boletín publicado por el BCB, el Programa Financiero 2020-Segunda Revisión establece una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de 8,4 por ciento (menor al valor de 11,1 por ciento que se registró durante el gobierno transitorio) y un déficit fiscal de aproximadamente 12,3 por ciento del PIB, adicionalmente se prevé una inflación de fin de periodo en torno al 1,1 por ciento.

El Programa Financiero, firmado hoy, determina que los objetivos de la política fiscal, monetaria y cambiaria deben enfocarse a fomentar el desarrollo económico y social, preservando la estabilidad macroeconómica, con el fin de mejorar la calidad de vida y el Vivir Bien de las bolivianas y los bolivianos.

Estos objetivos también están dirigidos a retomar el Modelo Económico Social Comunitario Productivo para reconstruir la economía boliviana y consolidar nuevamente la estabilidad económica.

El texto informativo señala, además, que durante la gestión del gobierno transitorio de Jeanine Áñez el país experimentó un descalabro económico como consecuencia de una deficiente administración gubernamental, por cuanto se priorizó la reducción del déficit fiscal, ­paralizando la inversión pública, en un momento en el que había la necesidad de la aplicación de políticas expansivas para contrarrestar los efectos de la pandemia.

El súbito freno a la inversión pública afectó negativamente a los proyectos destinados a fortalecer el aparato productivo y, por lo tanto, al crecimiento económico.

Otra de las medidas desacertadas fue la liberación de las exportaciones que, en un momento, puso en riesgo la estabilidad de precios y el abastecimiento de alimentos. Por otro lado, en un intento de quebrar las empresas públicas, limitaron su normal funcionamiento, lo cual repercutió en la caída de sus ingresos, atrasos en los pagos de salarios de los trabajadores, etc.

Las medidas de confinamiento total, sin ninguna planificación, derivaron en la disminución de los ingresos de las familias y en elevadas tasas de desempleo que bordearon, incluso, el 12 por ciento en julio de este año.

Durante este año, el gobierno transitorio firmó el Programa Financiero en dos ocasiones, en los que asumió metas macroeconómicas que no van acorde con la realidad del país, además de subestimar la caída de la actividad económica.

Es en ese contexto que se revisaron las proyecciones de las principales variables macroeconómicas para brindar certidumbre a la población boliviana.

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