El titular de la ONU criticó “el nacionalismo de la vacunación que avanza a gran velocidad” en desmedro de los países pobres
El programa COVAX, que apunta a comprar dosis para los más necesitados del mundo, “corre el riesgo de convertirse en nada más que en un noble gesto”, ya que las naciones más ricas buscan asegurar primero a su población
El diplomático reiteró su llamado a que las vacunas sean tratadas como “un bien público global”, disponibles para todos y en todo el planeta, especialmente en África. Por ello, pidió 4.200 millones de dólares en los dos próximos meses para el programa COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un ambicioso proyecto para comprar y entregar la vacuna contra el coronavirus a los más pobres del mundo.
Tras una cumbre virtual entre la ONU y la Unión Africana, Guterres dijo en una conferencia de prensa que financiar el COVAX es la única forma de garantizar que las vacunas llegarán a África y a otras zonas en desarrollo.
Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo durante una reunión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU sobre COVID-19 la semana pasada que “la luz al final del túnel es cada vez más brillante” para acabar con la pandemia, pero que las vacunas “deben compartirse de forma igualitaria como bienes públicos globales, no como activos privados que amplían las desigualdades y se conviertan en otra razón por la que alguna gente se queda atrás”.
Según Tedros, el programa ACT-Accelerator de la OMS para desarrollar y distribuir vacunas de forma rápida y equitativa, que incluye el COVAX, “corre el riesgo de convertirse en nada más que en un noble gesto” si no hay nuevos e importantes aportes económicos. El COVAX necesitará 23.900 millones para 2021, apuntó destacando que es menos de la mitad del 1% de los 11 billones de dólares de los paquetes de estímulo anunciados hasta ahora por el G-20.
Gran Bretaña y Rusia ya han empezado a vacunar a su población contra el coronavirus. En Estados Unidos, la vacuna de las farmacéuticas Pfizer y BioNTech podría recibir luz verde para su uso de emergencia en los próximos días, y la de Moderna en las próximas semanas. Canadá aprobó la de Pfizer el miércoles.
Guterres señaló que las 54 naciones africanas reportaron más de 2,2 millones de casos de coronavirus y más de 53.000 decesos por COVID-19.
“Existe una esperanza real de que las vacunas, combinadas con otras medidas de salud pública, ayudarán a superar la pandemia”, afirmó. Pero para esto hace falta que las vacunas estén disponibles para todos, y “la mayoría de los países africanos carecen del financiamiento para responder de forma adecuada a la crisis, debido en parte a la bajada de la demanda y los precios de los productos que exportan”, agregó.
El director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África, John Nkengasong, señaló a finales de noviembre que en el continente las campañas de vacunación contra el coronavirus podrían no comenzar hasta el segundo cuarto de 2021. Este miércoles, Nkengasong lo describió como una “cuestión moral” e instó a Naciones Unidas a celebrar una sesión especial para abordar la distribución ética y justa de las vacunas para evitar esta “desconfianza norte-sur respecto a las vacunas, que son un bien común”.
Preguntado por los tiempos de vacunación en África, Guterres afirmó que “espero que podamos hacerlo antes del segundo trimestre, pero es cierto que lo que estamos viendo hoy es un gran esfuerzo de varios países para asegurar vacunas para sus propias poblaciones”. “Es verdad que estamos viendo un nacionalismo de la vacunación avanzando a gran velocidad”, apuntó el máximo responsable de la ONU.
“Si África no recibe el respaldo adecuado, no podremos luchar contra la pandemia”, añadió. “Hay varias vacunas en trámites para el COVAX y es perfectamente posible entregarlas si se garantiza el financiamiento”.
Los 54 países de África han confirmado por ahora 2,3 millones de contagios, incluidos 100.000 en la última semana. “Claramente, la segunda oleada está aquí, no hay duda”, dijo Nkengasong, describiéndolo como un “momento decisivo en la historia del continente” donde estaba en juego el desarrollo de África.