El OM rompe una racha histórica de 13 derrotas seguidas en Champions
Tras vencer 2-1 al Olympiacos, los de Villas-Boas pusieron punto final a una racha que se había iniciado hace ocho años y que ha llegado a su fin hoy.
Sin embargo, al Marsella le crecieron los enanos en el jardín una vez más en la Champions League. Volvió a jugar bien, como hace una semana contra el Oporto, pero la falta de pegada y los errores defensivos le hicieron irse al descanso con desventaja en el marcador. Tras un buen inicio, en el que Thauvin y Payet combinaron constantemente con Cuisance y, llegando a generar varias ocasiones, el Olympiacos aprovechó los lentos retrocesos defensivos de su rival para adelantarse en el marcador.
A la Champions del Olympique de Marsella le faltaba otro partido rocambolesco como el de hoy en el Velódrome. Si el equipo tuvo muchos problemas para generar en estático, en la segunda mitad, los de Villas-Boas resucitaron a través de dos penaltis que estuvieron cargados de polémica. La entrada de Germain por Benedetto le dio más frescura al OM en ataque y la de Sanson por Rongier mayor dinamismo en el centro del campo.
El primer regalo del Olympiacos para permitir la remontada del Marsella fue de Cissé, que cometió una torpeza en el área cuando Thauvin ya estaba perdiendo la pelota. Payet no falló desde la pena máxima y rompió una racha de 415 minutos sin marcar de su equipo en la Champions League. De hecho, el último gol en la máxima instancia europea había sido de Diawara en 2013.
El Olympiacos no estaba sufriendo, pero otro error, esta vez de Rafinha, al cometer una inocente mano en el área, certificó la remontada del Marsella. Payet volvió a marcar desde los 11 metros y, aunque su disparo fue adivinado por José Sá, la potencia que le imprimió el internacional francés fue decisiva para que el balón terminara en la red. El OM resistió y, aunque el resultado no le sirve para depender de sí mismo para acceder a la Europa League, la victoria supone una inyección de moral para la plantilla.