El caos acaba en empate

Nuevo pinchazo del equipo de Koeman, que acabó buscando el triunfo con cinco defensas y quitando a Griezmann y Coutinho. Marcaron Messi y Araujo.

Santi Giménez
As
Sigue el Barcelona sin poder encadenar tres triunfos seguidos y ante el Valencia se quedó en el empate a dos en un partido caótico que empezó gripado y acabó siendo un caos divertidísimo en el que cualquiera de los dos equipos podía llevarse el duelo.

Entre todos los partidos volcánicos que se dan en el mundo, los enfrentamientos entre el Barcelona y el Valencia ocupan lugar destacado en la historia de duelos imprevisibles. Son partidos que a semejanza de las instituciones que los disputan, no se pueden explicar fácilmente. Cuando se juntan ambos equipos, lo mejor que puede hacer un espectador, es cargar el cuenco con palomitas. Además, no importa que nadie juegue bien, Barça y Valencia se las apañan para crear contenido a raudales.

Durante la primera media hora del partido ambos equipos jugaron al despiste. Cuando aparecían los primeros bostezos entre los espectadores que ya estaban tentados con irse de compras, se desató la tormenta de un cuarto final del primer acto que no lo firmaría ni Tarantino. A partir de ahí, fue na ruleta rusa hasta el final.

Del tedio se pasó al vértigo gracias primero a la habitual empanada barcelonista y luego al VAR, que apareció para culminar parcialmente la obra en el más absoluto caos. Lo intentaremos explicar para que se entienda, que no será fácil.

El Barça no daba una patada a un bote y jugaba a tres por hora. Plano y previsible. En esas, el Valencia, que salió asustado y se fue soltando empezó a comprobar que el señor alemán de la portería blaugrana sirve para algo. Carlos Soler le puso a prueba en un disparo lejano y del córner consecuente, el Valencia marcó el 0-1 con remate de cabeza de Diakhaby absolutamente solo. El francés, ante el espacio que se encontró para maniobrar ante la falta de marcadores, dudó entre construir un Mercadona en el área de Ter Stegen o marcar el primer gol del partido. Optó por lo segundo.

El duelo se convirtió en campo abonado para el Valencia, que comenzó a robar balones y parecía tener el partido en su mano. Pero quedaba un nuevo giro de guión.

Ter Stegen salvó el 0-2 tras remate de Maxi, de nuevo más solo que la una, y en el contragolpe blaugrana Gayà tocó a Griezmann, que se fue al suelo. Penalti y roja para el capitán valencianista. Ambas parecieron demasiado castigo. Tras ir a la pantalla del VAR, se cambió la roja por la amarilla y se mantuvo el penalti. Lo tiró Messi, lo paró Jaume y en un nuevo giro sorprendente del último acto, Alba recogió el rechace para que Messi marcara de cabeza el gol que le igualaba a Pelé.

Ante la imposibilidad de vivir más cosas en menos tiempo, los equipos se fueron al vestuario. Parecía difícil superar el último cuarto de hora de la primera parte, pero nada más iniciarse la segunda parte, Cheryshev falló a boca de gol un servicio de Guedes. Por entonces, Busquets ya estaba en la grada y De Jong en el campo.

Pero por si no querían caldo, dos tazas. ¿Qué faltaba por ver? Pues una jugada de ataque del Barça en la que Mingueza ejerciera de asistente, ni Messi ni De Jong supieran que hacer con el balón y que apareciera Araújo para marcar con una media chilena que hubiera firmado Zlatan Ibrahimovic. Y faltaba más de media hora.

Con el partido sin dueño, el Valencia empató mediante Maxi Gómez gracias a una llegada de Gayà que remató Maxi Gómez. A partir de ese gol, el partido fue vibrante en ambas áreas. Nadie defendía y ambos equipos iban a por el partido. Hasta Coutinho creaba peligro, pero ya no pasó de ahí la cosa y el caos, divertidísimo, eso s´, acabó en empate.

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