El Bayer Leverkusen tomó el liderato de la
Bundesliga, aprovechando el tropiezo del todopoderoso Bayern, después de
golear de forma cómoda al Hoffenheim.
Era el día del conjunto de las aspirinas. Sobre todo después de ver cómo
el todopoderoso Bayern había patinado en el feudo del Unión de Berlín (1-1). Y Bailey, imperial en el día de ayer, no tardó ni cuatro minutos en poner de manifiesto que los suyos van en serio. Ejecutó un córner en corto, Amiri se la devolvió y
el jamaicano, con una rosca delicatessen, colocó el cuero en la escuadra.
El Hoffenheim, tímidamente, adelantó líneas ante el resultado adverso,
pero se tambaleaba cada vez que los correcaminos renanos pillaban la
espalda a sus zagueros. Eran inseguridad pura los de Sebastian Hoeness.
Incluso
Kramaric, su goleador con más sangre fría,
cuya cesión a Baumann se quedó corta. Tan corta, que Bailey la interceptó y subió el segundo a puerta vacía.
Parecía el Bayern jugando. Desprendía autoridad, autoconfianza y ese
gen de kíller que resuelve los partidos en los momentos más oportunos.
Sonreía Bosz en el banquillo local. No era para menos. Los suyos estaban
a punto de asaltar la Bundesliga y, lo más normal antes este tipo de
situaciones, se durmieron en los laureles. Baumgartlinger recortó diferencias
y puso a prueba el carácter del Bayer. Tiene de sobra. El que lo
demostró fue su joya más valiosa tras la marcha de Kai Havertz al
Chelsea. Florian Wirtz, con apenas 17 añitos, tuvo la sangre fría para sentenciar el partido con un gesto técnico al alcance de pocos. Se quedó con nueve el Hoffenheim tras la doble expulsión de Grillitsch y Posch. Subió el póker Alario desde los once metros. Y sueña Leverkusen.
El Schalke deja escapar su primer triunfo en el 93'
Un gol en el tiempo añadido de Marco Richter evitó la derrota
del Augsburgo y frustró al Schalke (2-2), que tenía en la mano su
primer triunfo de la temporada y que sigue como colista de la
Bundesliga. El cuadro de Manuel Baum no sale del pozo. Cuatro
empates en once encuentros es todo el saldo que ha obtenido en el
presente curso. El descenso es una seria amenaza para un club histórico, acostumbrado a pujar por objetivos mayores.
Remontó ante el Augsburgo, que tomó ventaja con un autogol de Suat Serdar tras una falta lateral botada por Daniel Caligiuri a la media hora. En la segunda parte empató gracias a Benito Raman,
que recogió un balón suelto en la línea de tres cuartos, encaró la
portería local y con una gran finalización batió al meta polaco Rafal
Gikiewicz. El Augsburgo se quedó con uno menos por expulsión de Florian Niederlechner por doble amarilla y el Schalke lo aprovechó. Seis minutos después, Nassim Boujellab, a pase de Suat Serdar, puso por delante a los visitantes. El Schalke tenía su primer triunfo del curso en la mano. Pero
en la última jugada del partido, un pase del austríaco de Michael
Gregoritsch hacia el área fue cabeceado por Marco Richter, que batió a
Ralf Fahrmann y dio el empate al Augsburgo.