Asesinaron al vicegobernador de Kabul en un atentado con coche bomba: el presidente de Afganistán responsabilizó a los talibanes

Mohibullah Mohammadi y su ayudante fallecieron en el ataque, perpetrado en medio de las conversaciones de paz entre el Gobierno y los insurgentes sunitas

El atentado se produjo a las 9.40 (hora local) en el área de Macroyan 4, en el este de Kabul, cuando explotó la bomba magnética que iba adherida al vehículo en el que viajaba el vicegobernador, su ayudante y dos guardaespaldas, informó en Twitter el portavoz del Ministerio del Interior de Afganistán, Tariq Arian.

El vicegobernador y su ayudante murieron, mientras que los guardaespaldas resultaron heridos, reveló el vocero, que declaró el atentado como un crimen de guerra.

Arian explicó que durante las últimas semanas se han llevado a cabo en la capital afgana operaciones antiterroristas en la que han desmantelado varias células insurgentes, destinadas en muchos casos a perpetrar este tipo de atentados.

Ningún grupo armado ha reclamado la autoría del ataque.

(AP)
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La oficina del presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó el ataque contra el vicegobernador en un comunicado, en el que remarcó la responsabilidad de los talibanes al no haber aceptado un alto el fuego permanente mientras se producen las conversaciones de paz.

Este es el más reciente de una serie de asesinatos selectivos cometidos en el país contra figuras prominentes de la sociedad civil.

Los ataques a políticos, periodistas, religiosos, defensores de los derechos humanos, y estudiantes han ido en aumento desde hace un año, que coinciden primero con el acuerdo firmado en febrero entre Estados Unidos y los talibanes, y desde septiembre con el diálogo directo de los insurgentes con el Gobierno de Kabul en Doha.

Un oficial de seguridad afgano vigila el lugar de una explosión en Kabul, Afganistán, el 15 de diciembre de 2020. REUTERS/Omar Sobhani
Un oficial de seguridad afgano vigila el lugar de una explosión en Kabul, Afganistán, el 15 de diciembre de 2020. REUTERS/Omar Sobhani

Este mes se produjo también la muerte en la provincia oriental de Nangarhar de la periodista afgana Malala Maiwand y su conductor, que fueron tiroteados en su vehículo, en un ataque que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Además, en noviembre pasado los periodistas afganos Elyas Dayee, de la emisora Radio Free Europe/Radio Liberty, y el presentador televisivo Yama Syawash, quien estuvo vinculado al canal privado Tolo, murieron en dos atentados con bomba lapa colocadas en sus vehículos.

Miembros del equipo de negociación de paz de los talibanes asisten a una reunión con el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en medio de conversaciones entre los talibanes y el gobierno afgano, en Doha, Qatar. Patrick Semansky/Pool via REUTERS
Miembros del equipo de negociación de paz de los talibanes asisten a una reunión con el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en medio de conversaciones entre los talibanes y el gobierno afgano, en Doha, Qatar. Patrick Semansky/Pool via REUTERS

Una decena de misiones diplomáticas en Afganistán, incluidas las de la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN, condenaron la semana pasada, a través de un comunicado conjunto, esta ola de asesinatos que buscan acallar la diversidad de opiniones en el país.

“Consideramos estos ataques no solo como ataques salvajes contra el pueblo afgano, sino como un ataque al mismo proceso de paz en Afganistán”, subrayaron en el comunicado.

Aunque no hay cifras oficiales sobre el número de asesinatos, el Ministerio del Interior afgano ha dicho que solo en el mes de noviembre, 134 civiles murieron y 342 resultaron heridos en 184 ataques suicidas o explosiones vinculadas a los talibanes.

Los ataques de hoy se producen luego del anuncio por parte de Estados Unidos de que había comenzado a reducir sus tropas de 4.500 actuales a 2.500, un proceso que se espera finalice antes de la toma de posesión del nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, el 20 de enero.

Washington pactó la retirada de sus tropas con los talibanes en febrero pasado en Doha, en un plazo que finaliza en mayo del año próximo, y ya ha replegado a buena parte de los aproximadamente 12.000 soldados que llegó a tener en el país.

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